Pícaro y político: muestra recorre trayectoria de Pepo, padre de Condorito
<P>Desde el martes, la Biblioteca Nacional reúne viñetas, cartas, fotos y objetos del dibujante.</P>
En estos 100 años, muchas historias y mitos se han forjado en torno al dibujante René Ríos Boettiger. Partiendo por su seudónimo: Pepo, que vendría de pipón o "barrilito" por su aspecto rechoncho cuando niño. O el origen de su personaje más famoso , Condorito. Cuentan que se le ocurrió luego de ver la película Saludos amigos (1943), de Walt Disney, ambientada en Latinoamérica y donde Chile aparece representado por un sufrido avioncito, Pedrito, que trata de cruzar a duras penas la cordillera de los Andes.
Molesto con la imagen que se daba del país, Pepo creó a un pajarraco con ojotas de huaso y cigarro en el pico que simbolizaba la picardía del hombre de campo y de paso homenajeaba al cóndor de los Andes, el ave nacional. La viñeta, que debutó en la revista Okey en 1943, transformó a Pepo en uno de los dibujantes más reconocidos de Chile y del continente, y en una verdadera leyenda de la época dorada del cómic local.
A pesar de su éxito, para muchos no se ha dicho todo en torno a la figura del dibujante penquista. "Es uno de los grandes artistas chilenos, pero se sabe poco de él. No existe una biografía ni una monografía que le haga el peso. No basta con dos carillas en internet. A propósito del centenario, quisimos relevar su obra y mostrar lo diversa que era", dice Marco Esperidión, curador de la muestra Ciudadano Pepo, que se inaugura el martes en la Biblioteca Nacional, y que conmemora el centenario de su nacimiento, en diciembre pasado.
La exposición recorre toda la trayectoria del artista, partiendo por su primera publicación, en 1924, cuando tenía 13 años, en el diario El Sur de Concepción, Fernando hace la chancha: ocho viñetas donde el dibujante cuenta la historia de un primo que falta a clases y se va a recorrer la ciudad. "Era un pequeño genio. Pepo es un pilar de la narración gráfica. Fue uno de los primeros en hacer que el dibujo no estuviese al servicio del texto, a través de las primeras tiras cómicas", dice Esperidión.
En paralelo, galería Plop! (Merced 349) exhibe originales de Pepo que pondrá a la venta desde hoy entre $ 200 mil y $ 300 mil.
Pepo dejó su natal Concepción para trabajar en Santiago, donde en 1932 se unió al equipo de Topaze, icónica revista política dirigida por Jorge 'Coke' Délano. "Se codeó con una elite de los dibujantes que hacían una crítica política semanal descarnada. Esa fue la génesis de Condorito, que al principio no era más que un asaltante de caminos y un ladrón de gallinas. Con el tiempo se civilizó", señala el curador.
En Topaze, Pepo hizo burla de ex presidentes con personajes como Don Gabito, Gabriel González Videla, o El jefe, caricaturizando a su propio tío, Juan Antonio Ríos en portadas satíricas. La muestra recoge ese trabajo y otro menos conocido en la revista Tontilandia. "Circuló en 1937 antes de la campaña de Pedro Aguirre Cerda. Pepo era un hombre de derecha, pero como dicen los dibujantes de izquierda, era muy buen gallo", asegura Esperidión.
Multifacético y prolífico, entre los 50 y 60 también colaboró en revistas infantiles, deportivas y picarescas como Pobre Diablo y Pingüino, con su personaje Viborita, una veinteañera mal hablada. La muestra integra material de esos años.
Pero quizás lo más inusual es su faceta privada: habrá fotografías familiares, cartas a sus padres, su novia Olivia Elphik y a otros dibujantes como los argentinos Raúl Manteola y Fantasio. Además de objetos personales prestados por la familia Ríos como su encendedor, su portalápices de ónix y un prendedor que solía usar en ocasiones especiales.
En 1995, Pepo inició su retirada. Su época de oro había pasado, los derechos de Condorito fueron comprados por Televisa en 1989, pero aún ilustraba a su personaje más longevo. "Dibujó y corrigió material pre editado hasta su muerte desde su casa en El Quisco. Hasta el final conservó su extrema lucidez y memoria", dice su nieto, Sebastián Ríos.
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