Plan para demoler blocks




Señor director:

Las familias que viven en blocks de viviendas sociales fueron engañadas con el sueño de la casa propia. En los años 80 y 90 se les prometió algo que dista mucho de ser una solución digna.

Celebramos el anuncio del gobierno que pretende demoler 4.000 blocks en cuatro años, aunque sean sólo el 2% del total de blocks que hay en Chile. Como primer gesto es un gran avance. Pero el tema no debe acabar ahí, pues son muchas las variables involucradas en una buena política de vivienda y urbanismo. La situación en que viven miles de familias se debe a una política pública mal pensada y pésimamente ejecutada, que expulsó a los más pobres a la periferia, generando segregación. El diseño de las viviendas, la ubicación y la falta de servicios -privados y públicos- creó pocos incentivos y posibilidades para salir adelante.

El problema, entonces, también es urbanístico. Además de una mejora en la calidad de las viviendas, las familias anhelan vivir en lugares donde Carabineros realice patrullajes, donde haya acceso a internet, cultura y entretención, supermercados, farmacias y servicios que den plusvalía a los barrios. Se deben generar incentivos para que las empresas consideren rentables estos lugares y dar recursos a los municipios de manera que puedan mantener los equipamientos y las áreas verdes.

Nos alegramos con el anuncio del gobierno, pero colocamos una voz de alarma: si los subsidios no van acompañados de un Estado dispuesto a invertir, planificar y regular la ciudad, esta segunda oportunidad estará lejos de ser una solución definitiva.

Francisco Domínguez
Dir. Area Blocks Techo-Chile

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