Policías que entraron a escuela Sandy Hook durante matanza relatan su experiencia

<P>Los agentes dijeron a The New York Times que costó convencer a los profesores de que estaban a salvo.</P>




Veinte niños y seis adultos fallecieron la mañana del 14 de diciembre de 2012, víctimas de los múltiples disparos efectuados por el joven de 20 años Adam Lanza, quien irrumpió armado en la escuela básica Sandy Hook, en la localidad de Newtown, Connecticut. A poco más de un mes de la tragedia que enlutó a Estados Unidos y revivió el debate sobre la tenencia de armas, los oficiales que llegaron a la escena del crimen narraron detalles inéditos sobre lo sucedido a The New York Times y otros medios. Pasadas las 09.00 horas de aquel fatal día, la estación de policía de Newtown alertó a sus agentes. "Quien llama dice que alguien está disparando en el edificio" de la escuela básica local Sandy Hook, dijo el controlador de radio, según la cadena británica BBC.

Pocos minutos después, a las afueras del centro educacional, el oficial William Chapman se encontró con algunos de sus colegas que habían atendido al llamado. Desde ahí pudieron escuchar el reconocible sonido de un rifle cuando está siendo percutido. "Me bajé del auto y tomé mi rifle y (el tiroteo) se detuvo por un segundo. Pero luego escuchamos más estallidos. Podías decir que era un rifle. Y estaba tan cerca, que se escuchaba como si proviniera de las afueras de la escuela", comentó el oficial al diario estadounidense The New York Times.

A medida que los policías rodeaban el edificio, los disparos cesaron nuevamente. El oficial Michael McGowan comentó al canal texano de televisión 19 KYTX que pudieron ingresar al edificio luego de que uno de sus colegas alcanzara una de las ventanas. "Y fue entonces cuando comenzamos a ver lo que realmente teníamos en nuestras manos, que había gente que estaba, ya saben, muerta", agregó el funcionario escolar Leonard Penna, quien arribó a la escuela tras dejar su oficina, en la Newtown Middle School. En concordancia, Joel Faxon, de la comisión policial de la localidad, describió a la agencia AP que "los primeros oficiales que arribaron a Sandy Hook minutos después de que el asesino comenzará con su violencia vieron una abominable carnicería".

Casi inmediatamente después y tras apagar sus radios, para evitar ser escuchados por el o los atacantes, los uniformados dieron con los cadáveres de la directora, Dawn Hochsprung, y de la psicóloga Mary Sherlach. "Las vimos sin vida, acostadas. Por una fracción de segundo, tu mente dice que esta podría ser una escena de crimen simulada, pero en el instante siguiente dices. Esto es real", dijo al New York Times Penna, quien entró a la escuela por una puerta lateral, junto al sargento Aaron Bahamonde y el teniente Christopher Vanghele. Sin saber el número de atacantes, los oficiales comenzaron a investigar sala por sala. En una de ellas encontraron a un miembro del personal escolar herido. Tras asegurarse de que otro funcionario le aplicaba los primeros auxilios adecuadamente, los agentes prosiguieron su búsqueda.

En la sala contigua, los oficiales Chapman y Scott Smith vieron un rifle en el suelo. No muy lejos del arma se encontraba el asesino, quien se había suicidado. A su alrededor yacían los cadáveres de niños y adultos. Al no encontrar a otro atacante, Chapman y Smith comenzaron a buscar signos de vida en los niños. Una de las menores tenía pulso y respiraba. Rápidamente, Chapman la tomó en brazos y salió corriendo con ella rumbo a la ambulancia. "Estás a salvo ahora; tus padres te aman", le susurró, según el diario San Antonio Express-News. Sin embargo, la niña no logró sobrevivir.

The New York Times consigna que a los oficiales les costó trabajo convencer a los profesores de que el peligro había pasado. "Golpeábamos las puertas y gritábamos '¡policía! ¡policía!'. Sacábamos nuestras placas y las poníamos en las ventanas", recordó McGowan. A medida que los niños salían de sus escondites los agentes les decían "todo está bien. Tómense de las manos, cierren sus ojos". Según relataron los oficiales, varios policías formaron una barrera humana en torno a los cuerpos de la directora y la psicóloga, mientras otros bloqueaban las puertas de las otras dos salas, para evitar que los menores vieran las escenas del crimen. Incluso, algunos agentes se apostaron a la entrada de la escuela para advertirles a sus colegas con hijos que no ingresaran. En algún momento de regreso a la escuela, el oficial Chapman, cubierto de sangre, caminaba junto al detective Joe Joudy. "Yo era un desastre, él me miró y me dijo: 'tienes que sacar a tus hombres de aquí'", dijo Chapman. "Vi las caras de los miembros del equipo Swat cuando salían (de la escuela), diciendo que nunca habían visto algo como aquello", dijo a AP el bombero Marco Gold.

El abogado del sindicato de policías de Newtown, Eric Brown, comentó al Times que una de sus principales preocupaciones han sido los efectos del estrés postraumático. "Estimamos que entre 12 y 15 agentes lidiarán con eso, imaginamos que por el resto de sus carreras", dijo.

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