Política educacional
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Señor director:
Mientras la comunidad nacional está a la espera de la generación de un nuevo acuerdo educacional, que permita la creación de una Agencia Aseguradora de la Calidad y una Superintendencia de Educación, hemos visto durante los últimos meses el surgimiento de una serie de mociones parlamentarias, algunas de ellas avaladas por el Ejecutivo, destinadas a enfrentar problemas que competen a la sociedad en su conjunto: la prevención del consumo de drogas y alcohol, el estímulo de la actividad física, la participación en la vida cívica y el enfrentamiento de la violencia escolar o bullying.
Este enfoque tiende a transferir toda la responsabilidad de enfrentamiento de estos problemas a la escuela, sin evaluar el apoyo necesario ni una adecuada coordinación interinstitucional, sino al contrario, estableciendo sanciones. Se impone así una práctica que incrementa la sobrexigencia al sistema escolar, aumentando el número de horas en aula -destinadas a tratar estos problemas- y el clima de tensión permanente que se vive en las escuelas, lo que dificulta aún más la búsqueda de resultados de la calidad en el aprendizaje, tan ansiada por todos.
Lo que se requiere para avanzar en la solución de los graves problemas sociales mencionados es un diseño sinérgico en las políticas públicas, donde se apoye a las escuelas para el desarrollo de procesos de aprendizaje integrales, que posibiliten el desarrollo armónico de los jóvenes.
Se necesita más financiamiento, indudablemente, pero sobre todo que el sistema considere la colaboración entre las redes locales, regionales y nacionales, de modo de superar la soledad y la incertidumbre que invade tanto a los jóvenes, profesores, apoderados y directivos enfrentados de manera directa a estos problemas sociales.
Rodrigo Bosch Elgueta
Presidente Colegios Particulares de Chile, A.G.
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