Premier de Escocia desafía a Londres y presenta plan para la independencia

<P>Alex Salmond dará a conocer al Parlamento en Edimburgo detalles del referendo a realizarse en 2014.</P>




Es la tierra de las gaitas, del toffee y el whisky, de escritores como Arthur Conan Doyle, actores como Sean Connery, cantantes como Sheena Easton, científicos como Alexander Fleming, de la oveja Dolly y la cuna del golf. Escocia, la más septentrional de las naciones que componen Reino Unido, dará hoy un controvertido paso que la enfrentará con Londres. Así, el primer ministro de la región, Alex Salmond, publicará en el Parlamento de Edimburgo los detalles del plan para convocar en 2014 a un referéndum sobre la independencia, en lo que los analistas británicos definen como el mayor desafío constitucional a Reino Unido desde el Acta de Unión establecida en 1707, en la que Escocia quedó unida a Inglaterra.

La iniciativa, que se ha transformado en el caballito de batalla del líder del Partido Nacional Escocés (SNP), encontró eco en el premier británico, David Cameron, quien decidió no eludir más el asunto y este mes ofreció el referéndum para 2013, un año antes de lo deseado por el político escocés. Salmond prefiere la consulta en 2014 porque se cumplirán 700 años de la Batalla de Bannockburn, una importante victoria escocesa frente a Inglaterra durante las guerras de independencia, y porque tendrá más tiempo para recabar apoyos.

Actualmente, su plan no cuenta con mayoría entre los escoceses, ya que según un sondeo de Yougov, realizado la semana pasada, un 33% está a favor de la independencia, mientras que un 53% se opone. A diferencia de lo que se podría pensar, entre los ingleses la cifra de apoyo a la independencia llega a 36%. Para Salmond, una Escocia independiente sería modelo de una sociedad más justa y tolerante, gracias a las medidas que se han implantado en su región. En unas declaraciones publicadas ayer en el diario The Guardian, recordó el caso de las matrículas universitarias gratuitas que disfruta el país, como ejemplo de las buenas medidas puestas en vigor en su autonomía. Sin embargo, para lograr esos beneficios sociales -entre los que también están remedos gratis y cuidado para la tercera edad- la región recibe US$ 2.400 per cápita más en bienestar que Inglaterra.

El premier se reunirá este viernes, en Edimburgo, con el ministro británico para Escocia, Michael Moore, para hablar del futuro referéndum y tratar de resolver la disputa entre Londres y Edimburgo acerca de la fecha de la convocatoria. Otro asunto que deberán resolver es qué institución tiene la potestad para convocar un plebiscito de este tipo: el Parlamento británico de Westminster o el de Edimburgo, y decidir la forma de la consulta. Según Londres, en virtud de la ley de 1998 que dio paso a la autonomía escocesa, es el Parlamento de Westminster el que tiene autoridad para convocar el referéndum, pues cree que Edimburgo no puede tomar medidas que afecten el estatus constitucional del país.

Cameron insiste en la necesidad de que el plebiscito se convoque en los próximos 18 meses, porque perjudica a la economía escocesa.

Para Salmond, la independencia escocesa no supondría una amenaza para el resto de Reino Unido, sino que permitiría a Escocia e Inglaterra disfrutar de una relación más madura, compartiendo, eso sí, la moneda, la monarquía y otras instituciones.

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