Prestigioso historiador sobre la URSS escribió críticas anónimas para desprestigiar a colegas
<P>Una insólita polémica remece a la escena de historiadores en Inglaterra: Orlando Figes, autor del celebrado libro <I>Los que susurran</I>, descalificó sistemáticamente títulos de sus colegas en reseñas de Amazon.com. Tras una semana de mentiras y amenazas legales, Figes asumió la responsabilidad. </P>
El 13 de abril pasado, al menos 30 de los más respetados historiadores de Inglaterra recibieron un correo electrónico del biógrafo de Lenin, Trotsky y Stalin, Robert Service. Era un llamado de atención especial: entre los reseñistas habituales de la web de Amazon.com, un anónimo bajo el nombre de "Historian" se había dedicado sistemáticamente a destruir los títulos dedicados a la Unión Soviética. Sólo le perdonaba la vida a Orlando Figes, respetado autor de Los que susurran. Fue la chispa que encendió el incendio: en los días siguientes, en la escena de la historiografía británica se desató una trama de mentiras, acusaciones cruzadas, amenazas legales y revelaciones dramáticas: "Yo soy responsable de todo", terminó confesando Figes.
Bajo el seudónimo de "Historian", Figes desplegó una campaña de desprestigio contra sus principales "rivales" (es decir, colegas) en el trabajo de la historiografía soviética: un grupo aplaudido por la crítica y leído más allá de la academia. Informada por la prensa, inluido el sensacionalista Daily Mail, es una polémica que podría manchar definitivamente la carrera de Figes. "Estoy avergonzado de mi comportamiento y no entiendo por qué actué de esta manera. Fue estúpido", dijo el historiador, uno de los líderes de la investigación de los secretos de la URSS.
"Este es el tipo de libros que uno se pregunta por qué fueron publicados", escribió Figes sobre el volumen de Rachel Polonsky Molotov's magic lantern, una historia de la URSS a través del fiel colaborador de Stalin, Viacheslav Mólotov. También arropado con el seudónimo de "Historian", describió el celebrado libro de Service, Camaradas: breve historia del comunismo, como "curiosamente aburrido Terrible. Está muy mal escrito". Más aún, Figes anotó sobre su propio libro, Los que susurran: "Fascinante. Hermosamente escrito". Y junto con eso, se lanzó contra el libro que le quitó el Premio Samuel Johnson 2008, The suspicions of Mr Whicher, de Kate Summerscale: "En qué diablos estaban pensando los jueces. Debieron premiar a Los que susurran".
Las huellas
La primera en sospechar de Figes fue Rachel Polonsky. Siguió las huellas de "Historian" en Amazon.com y descubrió que era mantenido por el usuario "orlando-birkbeck". Una unión entre el nombre del historiador y la Universidad de Birkbeck, donde dicta clases. Polonsky le envió el dato a Service, quien redactó el e-mail que desató la polémica. Ambos sospechaban de Figes. En el e-mail, Service comparaba a los reseñitas anónimos de internet con "ataques personales al viejo estilo soviético". Seguía: "En la URSS, Gorbachov prohibió el anonimato cuando se trataba de denuncias que destruían la reputación de las personas. Ahora la mugrienta práctica ha vuelto a germinar". Tres días después, una pequeña nota en el Times Literary Supplement hacía eco de la discusión en la web y aunque mencionaba a Figes, dudaba de su responsabilidad.
Paralelamente, el historiador había contactado a su abogado y anunciaba acciones legales contra Service y el Times Literary Supplement. Pero cambiaría de opinión: el domingo 18 de abril emitió un sorpresivo comunicado en que aseguraba que "Historian", el redactor de las críticas anónimas, era su esposa, la profesora de Cambridge Stephanie Palmer. Ella, agregaba la nota, había escrito en Amazon.com a espaldas de su esposo.
El vienes 23 de abril, Figes hizo un mea culpa: "Entré en pánico cuando leí el mail (de Service) dirigido a la comunidad histórica y a la prensa. Actué irracionalmente. Mi esposa sólo trató de proteger mi salud", dijo al Daily Mail. En los últimos días, Figes se disculpó privadamente con los colegas a quienes criticó y dijo que arrastraba una "profunda depresión" desde la escritura del Los que susurran, un libro sobre la vida privada de familias sumidas en el régimen de delatores instaurado por Stalin.








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