Primer telescopio creado por Galileo Galilei cumple 400 años
<P>A pesar de ser fundamental en sus descubrimientos más importantes, el instrumento astronómico fue obsequiado al Senado de Venecia para fines militares y estratégicos. Sólo al recuperarlo y apuntar al Universo, el científico italiano abrió el camino a la astronomía moderna. </P>
El escenario fue el campanario de la torre de San Marcos, a una altura de 60 metros. En ese lugar, Galileo instaló un tubo de 98 centímetros de largo con dos cristales en su interior y hasta allí llevó a miembros del Senado de Venecia para mostrarles cómo se veía a través de él. Los magistrados quedaron impactados: miraban la laguna de Venecia y les parecía que podían tocar las velas de las embarcaciones que se dibujaban en el horizonte. El valor militar del nuevo instrumento parecía incalculable. Cuatro días más tarde, vino el reconocimiento oficial de los senadores por el obsequio: le ofrecieron un contrato vitalicio como profesor en la Universidad de Padua, que finalmente no cumplió, y un aumento de sueldo de 320 a 1.000 florines. Era un 25 de agosto de 1609.
Ese fue el primer telescopio de Galileo. Curioso y, tal vez, algo envidioso, días antes había escuchado que Hans Lippershey, un fabricante de lentes nacido en Alemania, había logrado ver de cerca los barcos. De sólo enterarse, se puso a experimentar con lentes y así llegó a su primer telescopio. "No fue la primera persona en crearlos, pero sí el primero en apuntar a la dirección correcta: el Universo", comenta Dante Minniti, profesor de Astronomía de la Universidad Católica. Minniti visitó el Museo de Historia de la Ciencia de Florencia en varias ocasiones y vio el instrumento. "A uno lo conmueve un poco y se da cuenta de lo rudimentario y modesto, desde el tubo hasta los lentes de tres centímetros de diámetro. Como se podía hacer en esa época". El experimento fue la punta de lanza para sus nuevos telescopios: en total, Galileo creó doce y todos los fue perfeccionando.
Experimento
La conclusión más relevante de Galileo llegó con los datos obtenidos con este telescopio, que recuperó gracias a un acuerdo con el Gran Duque de Toscana. Se pasaba las noches observando el comportamiento de cuatro satélites de Júpiter y tomó a este planeta como un minisistema solar. Luego, utilizó ese ejemplo como base experimental para dejar atrás la idea de que la Tierra era el centro del Universo. Luego vinieron más descubrimientos: los cráteres de la Luna, las manchas en el Sol y las estrellas de la Vía Láctea. También se equivocó con él: sus dibujos sobre Saturno eran difusos, a veces lo dividía en dos o lo trazó con formas extrañas. No se dio cuenta de que ese planeta tenía anillos.
A 400 años de este hecho y de sus descubrimientos, este año se conmemora el Año Internacional de la Astronomía. A Minniti le hace sentido que este aniversario llegue un año como éste. La ventana que abrió Galileo con ese telescopio, dice el astrónomo, tiene algún paralelo con lo que ha ocurrido en el presente año. "Estamos viviendo una época similar gracias a que hemos descubierto exoplanetas y la materia oscura. Hoy también se están abriendo nuevas ventanas del Universo", concluye.
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