"Primero no dañar"
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Señor director:
Unos 400 años antes de Cristo, Hipócrates enseñaba a sus discípulos que la atención y cuidado de los enfermos exigía como primer deber del médico y equipo de salud, no dañar (Primum non nocere).
El acceso cada vez mayor a la atención de salud, así como la creciente expectativa de vida, exigen a las instituciones otorgar servicios con la calidad que el paciente merece. El desarrollo científico y tecnológico aumenta las posibilidades diagnósticas y terapéuticas, por consiguiente también la cantidad de situaciones que elevan el riesgo de que pacientes hospitalizados sufran daños.
Se estima que en 10% de las hospitalizaciones se producirán eventos adversos, y que la mitad de ellos son evitables. Por tanto, cualquier esfuerzo tendiente a mejorar la calidad, entendida como la aplicación de la técnica y tecnología médica de forma que maximice los beneficios al paciente sin aumentar en forma proporcional sus riesgos, sólo resulta posible si se protege la seguridad.
Podemos minimizar los riesgos, aunque no eliminarlos, sin embargo, nuestra obligación será no descansar al respecto, ya que, trabajando en la seguridad de nuestros enfermos estaremos también involucrándolos a ellos en cuanto propender a su propio cuidado, haciéndolos socios del plan terapéutico y no sólo receptores de tratamiento.
El anuncio de la autoridad respecto de una normativa para la vigilancia y reporte de eventos adversos constituye un avance en la generación de una Cultura de la Seguridad.
Nelly Alvarado
Dir. Diplomado Seguridad Clínica y Gestión de Riesgos Universidad Diego Portales
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