Productor anticipa un boom de crianza de aves exóticas en Chile

<P>Francisco Cabello, el mayor productor de perdices y codornices en el país, prevé que de los 400 a 500 criadores que existen hoy de esas especies, además de faisanes, se podría pasar a unos 5.000 en un breve plazo.</P>




Una explosión de criaderos de aves exóticas en Chile, a corto plazo. Eso es lo que anticipa el empresario Francisco Cabello, uno de los mayores productores del rubro en el país. "Se trata de un mercado virgen aún, donde el interés va en aumento. De los 400 a 500 emprendedores pequeños y medianos que hay en la actualidad, podríamos pasar a unos 5.000, en unos años más", calcula el empresario.

Cabello es el principal actor local en huevos y carne de codorniz. También, el operador que más ejemplares maneja de perdices del tipo chukar, originarias de Asia. En un fundo de seis hectáreas en Casablanca, donde se instaló hace casi una década, este criador produce sobre 12 mil perdices faenadas y vende 1,2 millón de huevos de codorniz anuales.

Pero además, tiene un negocio de incubadoras y de huevos fértiles -12 mil cada año-, el que dada la fuerte demanda le permite pronosticar que el mercado está a las puertas de un boom de crianza de estas especies.

De Texas a Casablanca

Su ingreso a esta industria partió en un supermercado. Era el año 2000 y Cabello estaba a la cabeza de una firma de tecnología. Tras ver en una góndola unas conservas, inició una búsqueda internacional que lo llevaría a transformarse en criador. Desde Texas, Estados Unidos, trajo los primeros embriones de perdiz chukar y así partió con su naciente empresa, a la que llamó Agroalca.

Su primer objetivo fue vender las aves para cotos de caza. Mal no le fue, pero el mercado era muy pequeño. Derivó así a la venta de carne, primero en restoranes y luego en supermercados. El crecimiento lo llevó a buscar un campo donde desarrollarse con otras especies. En Casablanca, cuenta, encontró el sitio adecuado para instalar los más de 1.000 metros cuadrados de galpones que tiene en la actualidad. Su foco, con los años, pasó de ser productor al de prestador de servicios, con la venta de huevos fértiles, aves reproductoras e incubadoras, el 50% de su facturación.

"Algunos me decían que no lo hiciera, porque nos saldría competencia al camino. Pero a mí me parecía que era una visión estrecha. La venta de incubadoras, por ejemplo, ha permitido a muchos la reproducción de faisanes, codornices, gallinas araucanas y otras aves exóticas", explica.

En paralelo, desarrolló una nueva área y en 2009 le dio un carácter gourmet a la venta de carne congelada, que comenzó a vender en cadenas de retail bajo la marca Deliz, línea que abarca productos propios y que le permitió transformarse en distribuidor de terceros, que a través de él venden faisán, avestruz, liebre y, muy pronto, jabalí. Esta área representa, a la fecha, la otra mitad de su negocio.

En la actualidad, Cabello está invirtiendo para producir al doble e incrementar su facturación anual, que en 2009 llegó a los $ 120 millones. Para eso introdujo nuevos sistemas informáticos, destinados a controlar los rendimientos productivos en sus planteles. Su objetivo es mejorar la rentabilidad del negocio, donde factores como la alimentación y la energía constituyen costos altos.

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