Publican libro con fotos inéditas de Chile en los años 60 y 70
<P><I>Chile en la retina. Fotografías 1957-1973</I>, reúne el trabajo nunca antes visto de Patricio Guzmán, fotógrafo chileno radicado en Canadá.</P>
En medio de la pampa, con la salitrera Chacabuco de fondo, se desarrollaría Cuatro cantos al desierto, el documental de Carlos Sapiaín en el que Illapu, Intillimani, Quilapayún y Tito Fernández iban a interpretar su música bajo el quemante sol nortino.Corría 1973 y el golpe de Estado frustró los planes: la película nunca se hizo y los pocos registros quedaron perdidos en las oficinas de Chilefilms. Parte de ellos fueron las imágenes tomadas por el treintañero fotógrafo Patricio Guzmán, quien luego partiría al exilio. Nunca supo de las fotos.
Su esposa, Amaya Clunes, escenógrafa del Teatro Experimental de la U. de Chile, fue exonerada de la casa de estudios y juntos partieron a Hungría y luego a Canadá, donde viven hace 28 años. Atrás quedó la carrera fotográfica de Guzmán en revista Paula, el diario El Mercurio y el Laboratorio de Fotografía de la Universidad de Chile, así como sus trabajos en cine junto a Sergio Bravo y Joris Ivens. Se trata de más de un millar de fotografías sobre la vida capitalina, la geografía local y retratos a personalidades de la época que quedaron guardados.
Parte de ese registro es rescatado en el libro Chile en la retina: fotografías 1957-1973, que acaba de llegar a librerías. Además, ahora hay una selección de ocho fotos que se exhibe en la estación Metro Santa Lucía hasta fines de enero. "El libro se me ocurrió tarde, si hubiese trabajado en él 20 años atrás otro gallo cantaría. He pensado muchas veces en volver a Chile, pero estoy viejo y aquí no tengo nada. Sólo quiero poder mostrar mi trabajo y dedicarme a reunir y ordenar mi archivo, que son más de cinco mil fotos", cuenta Guzmán.
Domingos en la Quinta
En los años 50, Guzmán se formó bajo el alero del fotógrafo modernista Antonio Quintana, trabajando cuatro años como su ayudante. De él heredó un ojo certero para registrar las perspectivas, armar escenas colmadas en líneas armónicas y capturar con sinceridad el rostro del pueblo chileno. "Fue un padre espiritual para mí, tenía gran vocación de enseñanza. Todo lo que soy como fotógrafo se lo debo a él", dice Guzmán. En los años 60, el fotógrafo comenzó a trabajar en el cine experimental con el director Joris Ivens, para filmes como A Valparaíso (1962), El circo más pequeño del mundo (1963) y El tren de la victoria (1964).
Otro de sus proyectos inconclusos fue un documental sobre Pablo Neruda, que estaba haciendo bajo la dirección de Sergio Bravo. Neruda, ese desconocido, mostraría la vida del poeta en Isla Negra y recrearía su huida a Argentina en 1949, cuando era perseguido por el gobierno del Presidente Gabriel González Videla. "La película nunca se hizo por problemas entre el director y el productor. Luego del golpe, lo seguro es que se hayan quemado las latas que existían. Sólo quedaron mis fotos", dice Guzmán. En el libro se pueden ver retratos inéditos al autor de Canto general y a su pareja Matilde Urrutia y a otras figuras, como Eduardo Frei Montalva, Salvador Allende, Camilo Mori, Patricio Bunster y Víctor Jara, a quien fotografió para varios discos del sello Emi/Odeon.
Sin embargo, los registros favoritos del fotógrafo son las imágenes aéreas de Chile: Guzmán se paseó desde el desierto hasta la Antártica con una cámara Hasselblad, con la que ni siquiera necesitaba mirar el visor para realizar los disparos. El fotógrafo también valora especialmente un reportaje editado por Sergio Larraín para el diario La Nación, a fines de los 60, sobre los domingos en la Quinta Normal. "Era un verdadero fenómeno sociológico, donde se reunían todo tipo de personajes. Tengo tres álbumes repletos de fotos. La idea es publicar con ediciones Lom un libro con esas fotos para el 2011", concluye el fotógrafo.
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