Puerto Varas dobla su población en 20 años y se convierte en la alternativa residencial del sur
<P>La tradicional ciudad del lago Llanquihue sumó casi 14 mil nuevos habitantes, convirtiéndose así en el "dormitorio" para los profesionales de Puerto Montt. Al año se construyen 160 mil m2 y hay 10 complejos inmobiliarios en venta. A la ampliación de colegios y una clínica privada, se suman nuevos hoteles cinco estrellas y un futuro mall.</P>
"Salmon hill". Así se le conoce en Puerto Varas a uno de los barrios más nuevos que se han construido en la tradicional ciudad que mira hacia el lago Llanquihue. Allí habitan los vecinos más acomodados, en grandes casonas de jardines perfectos con vista al volcán Osorno. Son los nuevos residentes, empresarios y ejecutivos, en su mayor parte de la industria salmonera, que llegaron desde la década pasada.
La oleada dio paso a un fuerte desarrollo de conjuntos habitacionales para grupos de medianos ingresos y parcelas de agrado para profesionales jóvenes que han llegado en los últimos años y prefieren esos parajes al ritmo intenso de Puerto Montt. Son suburbios, como Chicureo lo es en Santiago, un "cordón verde" de nuevos barrios. Una comuna dormitorio.
Puerto Varas creció en tamaño, población y viviendas y está dejando atrás a ese pequeño pueblo fundado por colones alemanes a partir de 1850.
Urbe en desarrollo
Lo confirman las cifras. Según el INE, la ciudad tiene actualmente 40 mil habitantes, casi el doble que en 1990, cuando llegaba a 26 mil. Y se proyecta que aumente en otros cinco mil más en 2020. Pero, pese a estos cambios, aún conserva un sello de provincia: es de esos lugares donde los vecinos se saludan y se detienen a conversar en las calles o en los negocios. "No es un lugar impersonal: la gente conoce al panadero o a quien vende el diario hace años", cuenta Marcela Romaní, quien llegó hace dos años a vivir a la zona. Es arquitecta y junto al colegio gremial está en una campaña de defensa patrimonial. Cuenta que muchos profesionales han elegido la comuna para residir y han preferido irse a parcelas. Los loteos han florecido y los precios por 5.000 m2 oscilan entre los 3,9 y 7,9 millones de pesos.
El alcalde Ramón Bahamonde sale de su oficina a mostrar los nuevos barrios y reflexiona: se requiere con urgencia un nuevo plan regulador que aumente la superficie urbana de 500 a 1.500 ó 3.000 nuevas hectáreas. "Se necesitan más áreas disponibles para tener un espacio ordenado y ampliar la oferta inmobiliaria", acota. En 2008 y 2009 se construyeron, en promedio, 160.000 m2 por año. Y siguen sumando.
Comercio y turismo
El crecimiento ha ido aparejado de otras señales, como por ejemplo, la educación. El Colegió Alemán de Puerto Varas, fundado en el siglo XIX, debió ampliar su sede, pues hoy recibe 200 alumnos más que hace cuatro años y tiene un total de 748 estudiantes. A estos se suman otros dos privados y 24 establecimientos municipales y subvencionados. Su rectora, Caroll McColl, cuenta que reciben a estudiantes de Puerto Montt, Frutillar y Llanquihue.
La salud es otro síntoma. Prueba de ello es que la Clínica Alemana se amplió a un edificio de 6.000 m2, con una inversión de $ 3.800 millones. Su gerente, Mauricio Rodríguez, dice que la demanda por atenciones subió un 30% en 2009 respecto al año anterior.
Buena parte de este auge es consecuencia del turismo. Mónica Carrasco, presidenta de la Corporación de Desarrollo Turístico, que reúne a más de 100 empresas del sector, afirma: "Es una ciudad única, con atractivos lacustres, la montaña y un clima espectacular". La comuna cuenta con 1.200 habitaciones de alto nivel, cuatro hoteles cinco estrellas y un circuito de 14 restaurantes gourmet. Y el alcalde adelanta que vienen dos proyectos cinco estrellas más.
Cuando el desarrollo es acelerado, se le mira con atención. En Puerto Varas se dice que todos han comprado alguna vez en la Casa Belsan, Electro Horn, Tiendas Peters y otros locales de inmigrantes, que hoy compiten con tiendas de ropa outdoor y marcas italianas instaladas en casonas de madera. Hasta ahora es una escena equilibrada, sobre todo porque se respeta la línea arquitectónica.
Pero hay quienes alertan de proyectos de envergadura, como el mall que está en proyecto. La Corporación de Desarrollo y el Colegio de Arquitectos no evalúan bien la iniciativa, un recinto de 23.ooo m2 que se planea instalar en un paño aledaño a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, ícono de la urbe. El alcalde es un férreo detractor. "Este tipo de comercio dentro del casco histórico es invasivo. Se debe reubicar", dice. Es el tema que se discute en la calle, pues hay un sumario interno, porque se habría entregado el permiso sin consultar al alcalde ni al concejo.
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