Punto Limpio de Vitacura, el lugar donde los niños juegan con la basura
<P>El centro de reciclaje se ha trasformado en un panorama dominical para varias familias.</P>
Amanezca nublado o despejado en Santiago, hay panoramas que no se dejan de hacer en familia. No son pocas, por ejemplo, las que llegan hasta el Punto Limpio de Vitacura un domingo a media mañana.
La situación es curiosa. En las primeras horas del día, se ven hombres mayores de 30 años que abren rápidamente los maleteros de sus jeeps y extraen tres o cuatro bolsas de basura ya clasificada: latas de aluminio, plástico, cartones… No se tardan más de dos minutos en dejarlas en los contenedores habilitados para cada desecho. Lo hacen en forma casi mecánica, lo que indica años de práctica.
Pero basta un par de rayos de sol para que el escenario cambie. Decenas de madres, padres y abuelos aparecen en el lugar cargados con sacos de desechos. Reparten envases vacíos de leche entre los niños, que ya han aprendido que el tetrapack no puede mezclarse con el papel de diario. Otros -los más grandes- apuran y dirigen a sus papás; les explican en qué recipiente debe ir cada objeto. Las familias con más experiencia le dan un bote de basura diferente a cada niño para apurar el trámite y evitar peleas. "En casa tenemos tres basureros distintos: uno para cartones, otro para vidrios y el último, para plásticos. Por eso acá les doy un basurero a cada uno y ellos lo llevan adonde corresponde", comenta Cristián Tejos, padre de Colomba, Matilda y Nicolás, que cumplen felices su tarea y reciben como recompensa una gota de jabón liquido en sus manos.
En eso se ha convertido ir un fin de semana al Punto Limpio de Vitacura, el espacio de reciclaje más grande de Santiago. Entre adultos apurados y niños ansiosos por ayudar "a salvar el planeta", lo que se arma aquí es panorama dominical. "Es todo como un juego. Ven que la gente está tan entusiasmada y se terminan contagiando", comenta María Isabel, abuela de Alessia y Lucas Falleto, de seis y siete años. "Me encanta poder tirar la basura a un lugar distinto y así ayudar a la naturaleza", dice tímidamente Alessia. Junto a su abuela y hermano vienen haciendo esto cada domingo. De hecho, se quedan por el sector un rato después de terminar con la labor, porque así aprovechan de correr en el Parque Bicentenario de Vitacura.
La "meca" del reciclaje
Inaugurado en diciembre de 2005 en un área verde de 400 m2, a un costado del Puente Centenario, entre Américo Vespucio y Nueva Costanera, esta "meca" del reciclaje tiene seis contenedores subterráneos que sirven para almacenar de manera separada cartones, papeles, envases plásticos, vidrios, latas y tetrapack. Además, hay seis contenedores más grandes en la superficie, que reciben escombros, ramas, telas, electrodomésticos, computadores y chatarra. A esto se le suman tres recipientes más chicos, donde se pueden dejar medicamentos vencidos, toner de impresoras y pilas usadas. Cada material es vendido a una empresa de reciclaje especializada y el dinero recaudado es donado a instituciones de beneficencia. "El municipio no gana un peso por todo esto. Ganamos en crear conciencia, porque el objetivo no es la cantidad que podamos recolectar, sino que la 'reconversión' de los habitantes que adopten estas costumbres en su casas", dice Nabor Araya, jefe del Departamento de Aseo y Ornato de Vitacura.
Las estadísticas municipales confirman el éxito del Punto Limpio. Si en 2006 apenas 6.316 autos llegaron hasta el lugar, el año pasado el número se multiplicó por 10.
Hoy, el municipio organiza charlas en el mismo punto de reciclaje para colegios de otras comunas, como Providencia o Lo Barnechea. "Mis hijos van al colegio Huelén y un día llegaron a la casa hablando del lugar. El fin de semana siguiente vinimos y ahora lo hacemos dos veces al mes", cuenta Mario Urrutia, mientras uno de sus hijos se escabulle con un cartón en las manos.
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