Pusilánime y egoísta: el rostro de Coetzee en su autobiografía

<P><I>Verano</I>, el tercer tomo de las memorias noveladas del Nobel sudafricano, acaba de salir en español: ex amantes y amigos descueran a un escritor muerto llamado John Coetzee. </P>




Autista, huesudo, andrajoso, socialmente inepto, afectado, arrogante, incompetente, infantil, ridículo, carente de hombría, mal amante, antipolítico, demasiado falto de pasión. Descrito así por un grupo de amigos y antiguas amantes, parece imposible que el escritor John Coetzee rozara la gloria literaria. Pero sucedió. Y ahora ya está muerto. Por eso, un biógrafo británico investiga quién fue ese hombre.

Es el nuevo truco del verdadero J.M. Coetzee, el Nobel sudafricano que vive aislado del mundo, para narrar su vida. Recién publicada en español, Verano es la última novela autobiográfica de Coetzee. Habrá que esperar para leerla en Chile: en agosto llegará al país. El autor de Desgracia no concede entrevistas, pero a su manera ha dejado ver algo de su intimidad: siempre en tercera persona y noveladamente, ha contado parte de su vida en los libros Infancia (1998) y Juventud (2002). Hoy vuelve a hacerlo: sobre la base de crudos testimonios, perfila a un pusilánime joven que en los 70 se convirtió en escritor.

Con una vida privada complicada, dice el libro, John Coetzee tampoco tuvo una obra interesante. "En general, yo diría que su obra carece de ambición", se lee en voz de un amigo en Verano. "En ningún momento se tiene la sensación de un escritor que deforma su medio para decir lo que nunca se ha dicho antes, que, a mi modo de ver, es lo que distingue a la gran literatura. Demasiado frío, demasiado pulcro, diría yo. Demasiado fácil y falto de pasión".

Una biografía

Publicada en inglés el año pasado, Verano estuvo a punto de darle a Coetzee un tercer Premio Booker. No lo ganó, pero sí recibió una avalancha de críticas positivas. La última fue del escritor argentino Rodrigo Fresán: "Coetzee consigue algo que es ambicioso, libre, transformador, caliente, limpiamente sucio, complejo y apasionado. En resumen: gran literatura".

La trama del libro es la siguiente: luego de su muerte, un biógrafo británico, llamado simplemente Vincent, trabaja en una biografía del escritor. Se concentra en el periodo menos conocido, entre 1971 y 1977, cuando Coetzee publica su primera novela y regresa de EEUU a Sudáfrica. Se instala en la casa de su anciano padre, en el barrio Tokai Road, de Ciudad del Cabo. Vincet apunta al pasar: "Tema a desarrollar: su padre y por qué vive con él. La reacción de las mujeres de su vida (desconcierto)".

En vez de volver a la tercera persona, Coetzee en Verano se reconstruye a partir de varias voces. Deja hablar a Julia, una de sus amantes; Margot, una prima cercana; Adriana, otra ex pareja; Martin, un compañero de trabajo en la universidad, y Sophie, una francesa con la que tuvo una relación sentimental. Sobran los juicios demoledores: Julia dice que hacía el amor "como un autista", mientras Sophie lo describe como incapaz "de cualquier forma de compromiso real". Otros dicen que era un engreído y débil.

Historia de un desgraciado y ejercicio de exhibición masoquista, Verano tiene varias dosis de confesión y también varias de tomadura de pelo. Como ha reparado la crítica, el libro expone los mecanismos de la escritura de una biografía polémica que ventila la intimidad de un autor. Es como si Coetzee se adelantara a sus biógrafos. Lo dijo el periódico The Observer: "Verano es, al mismo tiempo, una elegante solicitud para que la suma de la existencia pública de Coetzee sea sólo enjuiciada por su escritura, y una evidencia más que suficiente de por qué esa solicitud debe ser respetada".

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