Putin se acerca a Polonia y reconoce responsabilidad soviética en masacre de Katyn
<P>Al cumplirse 70 años de los hechos, el primer ministro ruso conmemoró por primera vez con un jefe de gobierno polaco, el aniversario de la matanza ordenada por Josef Stalin en plena Segunda Guerra Mundial. </P>
La masacre de casi 22 mil oficiales e intelectuales polacos en la localidad rusa de Katyn, en plena Segunda Guerra Mundial, ha sido una herida constante que ha entorpecido las relaciones entre Moscú y Varsovia. Ayer, al cumplirse 70 años de la matanza, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, conmemoró -en un hecho inédito- el acontecimiento junto al premier polaco, Donald Tusk. Una señal que los expertos calificaron como un fuerte intento del Kremlin por buscar un acercamiento entre ambos países.
Ayer, Putin reconoció las fisuras que ha provocado la masacre de Katyn entre ambos países, pero también dijo que no podía culparse al pueblo ruso por los excesos cometidos por el régimen soviético. "No podemos cambiar el pasado, pero podemos establecer y preservar la verdad y eso significa justicia histórica. Historiadores rusos y polacos están ahora trabajando juntos para descubrir la verdad y permitir una apertura entre nuestros países", dijo Putin.
Tusk, en tanto, se mostró más dispuesto a mejorar los lazos con Rusia ya que quiere reforzar los vínculos económicos con ese país. Ayer, sin embargo, aclaró que la reconciliación necesita como base la verdad. "Primer ministro Putin: las cuencas de los ojos de los fallecidos aquí de un tiro en la parte posterior de la cabeza, nos miran hoy y esperan ver si estamos preparados para convertir este lazo en reconciliación", declaró Tusk.
Este gesto de Putin se da menos de una semana después de que la TV rusa mostrara, por primera vez, la película Katyn, llevada al cine en 2007 por el director Andrzej Wajda, quien perdió a su padre en la matanza.
Si bien los analistas reconocieron que el gesto del Kremlin fue una señal positiva, advirtieron que el tema sólo sería superado cuando Rusia entregue la compensación que piden los familiares de las víctimas.
El resentimiento polaco tiene su origen en que por décadas los soviéticos no reconocieron su autoría en la masacre. Por el contrario, acusaron al régimen nazi de los hechos.
En 1943, tres años después de ocurrida la masacre, soldados del Ejército nazi descubrieron grandes fosas comunes con los restos de más de cuatro mil oficiales de reservas polacos en los bosques de Katyn. Los alemanes, convencidos de que los rusos eran responsables de los hechos, denunciaron a través de programas de radio el hallazgo.
La masacre incluso fue utilizada como herramienta de propaganda por los nazis para reflejar la crueldad de los militares soviéticos y de los peligros del avance del comunismo en Europa. En plena guerra, las autoridades de Moscú rechazaron cualquier participación en los hechos y tras el fin del conflicto -teniendo en cuenta que Polonia quedó bajo influencia de Moscú- no se permitieron nuevas investigaciones.
Sólo a fines de los 80, investigadores soviéticos admitieron que Stalin había ordenado la masacre y luego el entonces secretario general del Partido Comunista Soviético, Mijail Gorbachov, reconoció que el NKVD ejecutó los crímenes. En 1992, el Presidente ruso, Boris Yeltsin, entregó al gobierno polaco documentos que probaban el papel de Stalin en la matanza.
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