Qué es el virus de la hepatitis C




El virus de la hepatitis C se transmite por vía parenteral, esto es, transfusiones de sangre o derivados de productos sanguíneos, relaciones sexuales sin protección, uso de jeringas no desinfectadas o tatuajes.

Como se trata de una enfermedad silenciosa, los primeros síntomas aparecen sólo después de 15 o más años desde el contagio.

Entre los síntomas tardíos que provoca se cuenta el cansancio, la sensación de gripe, fatiga y debilidad general, malestares abdominales y falta de apetito. En algunos casos, también puede causar ictericia (coloración amarilla de la piel y mucosas).

Aunque no todas las personas portadoras del virus de la hepatitis C enferman, en quienes lo hacen se provoca un daño crónico en el hígado y no son pocos los pacientes que llegan a necesitar un trasplante de este órgano. Se estima que entre el 60% y el 70% de los pacientes con hepatitis C desarrollará enfermedad hepática crónica y que entre el 5% y el 20% hará una cirrosis.

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