Quirilluca, la playa secreta que corre peligro
<P>Refugio de flora nativa, nido de miles de aves y hábitat de un peculiar mamífero marino al borde de la extinción. Es lo que protege Quirilluca, playa solitaria, de difícil acceso, entre Horcón y Maitencillo. Ha pasado inadvertida para el turismo masivo, pero no para industrias y constructoras que la tienen considerada entre sus proyectos, pese a tener el título de Sitio Ecológico Prioritario. </P>
NOS ENCANTARIA empezar diciendo que Quirilluca no ha cambiado. Que al igual que hace 30 años sigue siendo el mismo destino de unas pocas familias, buscadores de playas indómitas, pescadores locales y hippies de los años 60 que conocían, vaya a saber cómo, el dato y el camino para llegar hasta sus blancas y finas arenas.
Ha sido justamente su reticencia a las visitas lo que ha mantenido a esta playa fuera de toda guía turística. Encontrar hoy una playa con poca intervención humana -sin luz eléctrica, agua potable, comercio e internet- a sólo dos horas de Santiago es casi imposible. Pero pese a su belleza natural, Quirilluca sí ha cambiado, en especial, en los últimos años.
A simple vista, se sigue observando como una playa paradisíaca, pero la presencia cercana de industrias en Ventanas, el puerto de Quintero; la llegada de inmobiliarias y un turismo mal desarrollado han traído contaminación a Quirilluca, modificando su frágil ecosistema y amenazándolo con hacerlo desaparecer.
Esto ha llevado al Grupo de Acción Chinchimén y organismos estatales a declarar a la zona de Quirilluca como Parque Ambiental y uno de los 10 Sitios Ecológicos Prioritarios de la Región de Valparaíso, postulándolo a Reserva Natural.
La carrera por la preservación va contra el tiempo. En septiembre ingresó al sistema de evaluación de impacto ambiental el proyecto inmobiliario El Alto, que pretende levantar un complejo turístico de 300 ha, justo alrededor de Quirilluca. Mientras, el proyecto de otra inmobiliaria busca construir viviendas en 1.050 ha. del lugar. Dramático o curioso, lo cierto es que de concretarse estos proyectos, Quirilluca desaparecería tal como es.
En su aislamiento y lo difícil de su acceso radica la diversidad de especies que cobija, aunque en la actualidad algunas ven amenazada su existencia. Una de ellas son los piqueros.
A los inaccesibles acantilados que rodean y protegen Quirilluca llegan a anidar entre septiembre y junio cerca de 12 mil de estas aves. Es la zona más poblada de piqueros que se desarrolla en el centro norte de Chile. Un sitio catalogado por la BirdLife International como Area de Interés para la Conservación de Aves. El mismo organismo lo acaba de declarar como una de las dos zonas de Chile en peligro de extinción. Su vulnerabilidad radica en la extracción de huevos de parte de visitantes y animales, así como el paso raso de helicópteros y parapentes que espantan a los piqueros, dejando sus huevos indefensos ante el ataque de otras aves.
A los piqueros se suman miles de gaviotas de Franklin y dominicana que vuelan y graznan en bandadas encima de la playa.
La angosta faja de tierra que abarca el Parque Ambiental Acantilados de Quirilluca no sólo incluye playa y sus quebradas. Encima de ello se encuentran las denominadas terrazas marinas. Superficies de lomajes suaves que continúan protegiendo diversidad de especies.
Zorro chilla, quique, serpientes de cola larga y corta, lagartijas y aves como lechuzas, chunchos, aguiluchos encuentran refugio en el bosque de bellotos, justo arriba de los acantilados donde anidan los piqueros. Son en total 146 bellotos. La única población costera de este árbol endémico de la Región de Valparaíso. También está en peligro de extinción.
Y aunque son terrenos privados, existen distintos senderos para llegar a este bosque. Se pueden recorrer de forma individual, pero si se quiere saber qué se está pisando resulta mejor realizarlos con un guía del Grupo de Acción Ecológica Chinchimén (www.chinchimen.org). Organización dedicada a la conservación de la biodiversidad de ecosistemas de esta región, que desde 2009 viene trabajando en la amenazada Quirilluca.
Aquí, Chinchimén realiza actividades de educación ambiental mediante excursiones turísticas a personas y grupos de estudiantes, tanto por mar -a través de paseos en bote desde Maitencillo que duran una hora y media ($ 10.000 por persona)-, como por tierra ($ 50.000 por grupo, entre dos horas a cinco horas.
El trekking por los senderos lleva consigo el avistamiento de chungungos y nidos de piqueros. Asimismo, se explora la zona paleontológica en las paredes de los acantilados donde se ven huesos de ballenas, almejas y caracoles fosilizados.
Encima de estos acantilados hay sitios arqueológicos que poseen conchales y restos de cerámica de la cultura Bato. Producto de esta interesante riqueza, la playa de Quirilluca fue declarada Geo Sitio por la Sociedad Geológica de Chile.
La idea de estos circuitos es aprender a observar la salud del ecosistema, conociendo su evolución y desarrollo a lo largo de su historia para entender por qué Quirilluca es como es, cuáles son sus debilidades y por qué hay que cuidarlo para que pueda llegar a ser admirado por las futuras generaciones.
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