Rebeldes toman búnker de Gaddafi, pero no encuentran al líder libio

<P>El Consejo Nacional de Transición aseguró ayer que el viernes Libia estaría bajo su poder y que tenían casi el pleno control de la capital.</P>




En lo que parece ser una de las últimas batallas por el control definitivo de Trípoli, los rebeldes libios finalmente tomaron ayer el control del cuartel central de Muammar Gaddafi en esa capital. Sin embargo, los insurgentes no hallaron rastro del líder libio y de su familia. Pese a esto, el Consejo Nacional de Transición (CNT) dio ayer por "caído" al régimen y aseguró que tendrán el control total del país el viernes.

Con los fusiles en alto y con señales de júbilo en sus rostros, los insurgentes comenzaron a gritar "Alá es el más grande. Bab al Aziziya ha caído, Trípoli es libre", tras el ingreso a la fortaleza. De acuerdo con el relato de Al Jazeera, pese a que los soldados de Gaddafi lograron repeler el primer gran asalto contra una de las puertas de la residencia, después entregaron las armas a los rebeldes, sin mayor resistencia. "Ganamos la batalla" y los seguidores de Gaddafi "huyeron como ratas", dijo el comandante de los rebeldes, Abdelhakim Belhaj, a la cadena qatarí. Fuentes citadas por ese canal indicaron que en el asalto perdieron la vida 12 rebeldes. La batalla por Bab al Aziziya ocurrió horas después de que el hijo de Gaddafi y su heredero político, Saif al Islam, apareciera en público para desmentir declaraciones de los insurgentes de que había sido capturado. Citado por la BBC, Saif dijo que su padre estaba bien y que aún permanecía en la capital libia. "Trípoli está bajo nuestro control", aseguró.

El CNT reconoció que la noticia falsa sobre la detención de Saif al Islam facilitó el avance rebelde en Trípoli. "Jóvenes e inexpertos, embargados por la emoción", dejaron escapar a los dos hijos de Gaddafi, precisó luego ese organismo.

Mientras el portavoz del gobierno, Moussa Ibrahim, señaló que Gaddafi estaba en el país "guiando la batalla", el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez, Kirsan Ilyumzhinov, dijo que se comunicó con Gaddafi -su amigo- y que le dijo estar "sano y salvo" y que no se dejará atrapar. "No nos pueden localizar... no tengo intención de abandonar Libia", le habría dicho.

Luego, el propio Gaddafi afirmó a la estación radiofónica Al Oruba y a al-Rai Tv, que la retirada del búnker en Trípoli fue una "jugada táctica" tras los bombardeos de la OTAN. El líder libio juró "martirio" o victoria en su lucha contra el bloque.

La OTAN aseguró ayer que "no tiene idea" de dónde se encuentra Gaddafi e insistió en que el coronel no es uno de los objetivos prioritarios. Por su parte, el Pentágono dijo que no cree que el líder libio haya dejado el país.

En todo caso, la portavoz de la OTAN, Oana Lungescu, afirmó ayer que Gaddafi "es historia" y que la toma de Trípoli por los rebeldes "es su capítulo final". "Ya comenzó la era post-Gaddafi", agregó. Pero el vocero militar de la Operación "Protector Unificado", Roland Lavoie, advirtió que la situación en la capital permanecía compleja, por lo que no bajarían la guardia.

Fin "inevitable"

En ese sentido, el Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y su par de EEUU, Barack Obama, acordaron mantener el esfuerzo militar "en apoyo de las autoridades libias legítimas", hasta que Gaddafi entregue sus armas. Ambos consideraron que el final del régimen libio "es inevitable y cercano".

Según Lavoie, además de Trípoli, había enfrentamientos en Shaba y Sirte. En ésta, ciudad natal de Gaddafi, los líderes tribales negociaban su rendición, aseguró ayer el portavoz del Ejército rebelde, Ahmad Bani. Al Jazeera también informó que los insurgentes habían tomado el control del puerto petrolero de Ras Lanuf. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, afirmó ayer que el 80% de Trípoli estaba en manos de los insurgentes, según le informó el CNT. "Esperamos que Libia será completamente libre y estará en calma en las próximas 72 horas", dijo Ibrahim Dabashi, representante de los rebeldes ante la ONU.

Sin embargo, el jefe del CNT, Mustafá Abdel Jalil, advirtió: "Es demasiado pronto para decir que la batalla de Trípoli está terminada. Eso no ocurrirá hasta que Gaddafi y sus hijos sean capturados".

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