Relación con subcontratistas, la clave de Los Pelambres para un buen clima laboral
<P>La empresa del grupo Luksic, cuyas ventas anuales se estiman en US$ 1.500 millones, es la primera minera chilena en ser distinguida con el Premio Carlos Vial Espantoso, que destaca a aquellas organizaciones que han sido efectivas en la construcción de relaciones laborales de confianza y cuya premiación será este jueves. </P>
Hace dos años, el ambiente de la minería estaba revuelto. Huelgas en algunas grandes compañías, demandas de parte del sector de subcontratados y negociaciones colectivas difíciles ponían a esta industria en el primer plano noticioso. Una de las excepciones fue Minera Los Pelambres, del grupo Luksic, que en forma anticipada llegó a un acuerdo con sus sindicatos para normar las condiciones laborales de los años siguientes.
"Lo que ocurrió entonces no fue sino consecuencia de las buenas relaciones históricas que ha tenido esta empresa con sus trabajadores", recuerda ahora Ignacio Cruz, gerente general de la compañía, galardonada con el Premio Carlos Vial Espantoso 2009, que se entrega a las entidades que logran construir vínculos laborales de confianza al interior de sus organizaciones.
Además, el caso de Los Pelambres, parte del holding Antofagasta Minerals S.A., es distinto al de la mayoría en el ámbito minero. Dueña de uno de los 10 yacimientos cupríferos más grandes del mundo, es la cuarta minera chilena y en sus faenas en la IV Región trabajan cerca de 3.500 personas. El detalle es que de esa cifra, sólo un 20% corresponde a personal contratado directamente por la firma. Precisamente fue ese uno de los puntos que destacó la fundación al momento de decidir la distinción, en particular el hecho de que los trabajadores subcontratados de la mina y los propios reciben beneficios similares, independientemente de su relación contractual con la compañía.
"Pelambres es una de las empresas con mayor nivel de externalización de funciones en el sector y a los empleados de nuestras firmas contratistas, que superan las 300, se les entregan funciones completas, lo que evita la duplicidad de trabajos en terreno", cuenta Cruz.
Las condiciones de trabajo, además, son iguales para todos. "Tenemos el mismo casino, los mismos campamentos, las mismas alternativas de transporte", agrega. De hecho, la firma invirtió hace poco cerca de US$ 17 millones en la construcción de seis edificios en la misma faena, que con una capacidad total de 474 habitaciones alberga tanto a los operadores de la mina como a los que prestan servicios a través de terceros.
El objetivo es que, independientemente del origen, todos estén enfocados en un mismo propósito, que es rentabilizar las operaciones de la mina, cuya facturación este año bordeará los US$ 1.500 millones, con una producción total de 320 mil toneladas de cobre fino.
Parte de ese fin se logra con un sistema de remuneración variable, ligado particularmente al efecto que el trabajo de cada uno tiene en el balance final. Por su lado, la compañía invierte fuertemente en capacitación: en promedio, sus 700 empleados reciben 200 horas de entrenamiento anual. El promedio de la industria es de 40 horas por año.
Las relaciones laborales son otro punto de la estrategia de negocios de la empresa. Entre una negociación colectiva y otra -que en los 10 años de la mina han sido seis, tres por cada sindicato- no se deja pasar tiempo. Mes a mes, de hecho, se reúnen representantes de los trabajadores -el 99% está sindicalizado- y de las distintas gerencias de la operadora a resolver problemas y afinar soluciones conjuntas.
"Cuando llegamos al momento de la negociación, ya hemos vivido una historia juntos, revisando las preocupaciones mutuas", apunta Luis Ibarra, presidente del sindicato Mina y Puerto de Minera Los Pelambres.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.