Revelarán cartas de Amundsen a cien años de su llegada al Polo Sur

Robert Falcon Scott no quiso usar perros para llegar al Polo Sur. En una expedición anterior, sacrificó a varios que habían ingerido pescado envenenado. Roald Amundsen pensaba distinto. Y fue su frío cálculo nórdico el que le dio la gloria. En su trayecto al punto más septentrional del planeta, el 21 de noviembre alcanzó los Montes Transantárticos, donde montó un campamento que bautizó La carnicería. En el lugar sacrificó 24 perros, los que fueron usados para alimentar a los canes que harían el resto del viaje y a los propios exploradores. El 14 de diciembre de 1911 el noruego cumplió su propósito: se convirtió en el primer hombre en llegar al Polo Sur, hazaña que logró un mes y tres días antes que Scott, quien incapaz de sacrificar a los ponis de Manchuria que había llevado en lugar de perros, murió de frío y hambre en su regreso.

Un siglo después de la proeza noruega, la nación escandinava celebra a uno de sus máximos héroes, con varios actos conmemorativos, que incluyen la presencia de Jens Stoltenberg, primer ministro de ese país en el Polo Sur y la exhibición de cartas que Amundsen escribió durante la travesía, así como piezas de su tienda y los dibujos de ésta.

Pero el plan original de Stoltenberg de unirse en los últimos 20 km a una expedición que estaba recreando el viaje del explorador, sufrió un revés. Dos de los aventureros tuvieron que ser trasladados en helicóptero hasta la base del Polo Sur, y otros dos, un campeón de esquí y un investigador, no completarán el trayecto hoy.

Pese a ello, las celebraciones se realizarán igual, en un país, que a 100 años de la hazaña, sigue aplaudiendo al explorador, quien murió en 1928 en un accidente aéreo. "Amundsen dio un golpe al imperio británico a favor de la pequeña noruega. Algo que ese joven Estado no habría conseguido nunca de otra forma", dijo Tor Bomann-Larsen, biógrafo de Amundsen.