Rihanna conquista Brasil antes de su debut en Chile
<P>En cerca de 90 minutos, la cantante desplegó todos sus éxitos en Rock in Rio, ante una eufórica audiencia de 85 mil personas.</P>
Luego de cinco noches de festival, la euforia y la devoción volvieron a Rock a Rio, en la penúltima y más multitudinaria jornada de la edición 2015 del evento. Ochenta y 5 mil personas llegaron el sábado a la imponente Ciudad del Rock para ver un regreso cargado de cierto misterio: a cuatro años de su última presentación en la cita carioca, y en una temporada en la que registra sólo algunos shows puntuales en Norteamérica, Rihanna se reencontraba con Río de Janeiro en el marco de una visita puntual al Cono Sur. Un viaje que finaliza mañana, con el debut de la barbadense en Chile, fijado para las 22.20 horas en el Estadio Nacional.
Ya en la tarde, el recinto de Barra da Tijuca -al que La Tercera tuvo acceso gracias a una invitación de Heineken, auspiciador del evento- se mostraba abarrotado de una audiencia entusiasta, cuya tónica era la diversidad, y que a las 22.00 horas se congregó frente al escenario principal del evento para ver la presentación del británico Sam Smith. Una sobria y contundente actuación de pop refinado y melancólico, en la que el ganador de cuatro Grammy repasó junto a su eficiente banda de músicos los temas de su único álbum a la fecha, In the lonely hour (2014). Y aunque el propio cantante de 23 años asumió en sus intervenciones su cartel de aperitivo de la velada -horas más tarde se le vio entre la audiencia de Rihanna junto a famosos como Cara Delevigne-, en una hora sobre el escenario motivó el karaoke masivo y hasta lágrimas de la multitud, gracias a éxitos como Lay me down y Stay with me, además de un tributo a Amy Winehouse. Conexión total entre el inglés y un público de histórico paladar soul y R&B.
Cerca de la medianoche parecía que no cabía nadie más en la Ciudad del Rock, mientras cientos de adolescentes intentaban encontrar un lugar vacío para ver a su ídola. La expectación era total y se rompió a las 00.30 horas, cuando rodeada por sus músicos y en medio de una nube de humo Rihanna apareció sobre el escenario cantando Rockstar 101, provocando el griterío de todos los presentes. Luciendo una especie de overol de plástico amarillo, y con una sencilla puesta en escena que sólo incluía dos pantallas y un escenario escasamente iluminado con un telón al fondo, la barbadense comenzó a repasar los temas más encendidos de su discografía con un ritmo casi sin tregua, en el que incluyó versiones más cortas de sus éxitos -como Only girl (in the world)-, medleys de famosas colaboraciones -Run this town y All of the lights- y hits universales como Rude boy y la coreada Umbrella.
Apoyada en buena parte del show por sus coristas y bailarines, en la medianía del show, la cantante dejó escuchar su voz más limpia con un segmento acústico en el que casi a capela interpretó canciones como Unfaithful, Take a bow y Love the way you lie. Para el cierre, tras cerca de 90 minutos en escena, llegó el turno de Diamonds y uno de los singles de su próximo álbum, Bitch better have my money. Ambos temas, pedidos por el propio público a través de Twitter, en una iniciativa realizada por la misma marca Heineken, de marcada presencia en la Ciudad del Rock así como en próximos festivales chilenos como Ultra y Primavera Fauna.
Tras Brasil, estaba previsto que Rihanna aterrizara hoy en Santiago para su concierto de mañana, el que según los productores no debiera ser tan distinto en extensión y repertorio al que mostró en Río. Lo que sí variará será la puesta en escena, ya que en Ñuñoa la cantante sumará elementos visuales sorpresa, una tercera pantalla gigante al fondo del escenario y también una estructura con forma de lengua que saldrá desde el centro de la cancha y atravesará el estadio a lo ancho. Además, antes que ella actuará el rapero Big Sean (21.00 horas).
Ayer se esperaba el arribo del staff de la barbandese, compuesto por cerca de 100 personas, entre ellos familiares y un chef personal. Rihanna se hospedará en un hotel de Las Condes donde pidió privacidad y ya habría reservado una mañana de gimnasio para ella sola.
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