Ringo Starr llega a Chile junto a su esposa y se presenta esta noche ante 10 mil personas
<P>El ex Beatle aterrizó cerca de las 7 de la mañana, acompañado de la actriz Barbara Bach. </P>
Puede que Chile se haya consolidado como reducto habitual de estrellas mundiales y que en suelo santiaguino hayan dormido las mayores luminarias pop del último tiempo. Pero la escena igual detona nervios: un Beatle camina por pleno aeropuerto de Pudahuel, entre taxistas, turistas despistados y pasajeros en tránsito. Así se vio ayer a Ringo Starr (71), la cuarta pieza en ensamblarse en el engranaje de The Beatles y el célebre baterista que se presenta esta noche en Movistar Arena con un show de 90 minutos (ver recuadro) y para el que se han vendido poco más de 9 mil boletos.
Con chaqueta oscura y gafas, el instrumentista aterrizó a las 6.45 de la mañana en el vuelo Lan 621 proveniente de Ciudad de México, el lugar donde el pasado martes inició el tour latino junto a su proyecto All Starr Band. Además, arribó acompañado de su segunda esposa, la actriz estadounidense Barbara Bach (64), ex chica Bond y a quien conoció en las filmaciones de la película Caveman (1981).
"Good morning Ringo, good morning!", "A photograph!, a photograph!", gritaban los seis fanáticos que lo fueron a acechar al aeropuerto y en referencia a uno de sus mayores hits en solitario. El británico, a medio camino entre la cortesía y el protocolo, respondió el saludo y abrió su mano bajo el signo de la paz, su marca registrada. Cuando salía del recinto, entre tres guardias personales y pasajeros que iban y venían, Starr accedió brevemente a un puñado de fotos y dejó que dos elegidos pudieran inmortalizarse junto a él. "Fue gentil, pero también puso límites para que no lo molestaran", describe Pablo Carballo, uno de los presentes en ese minúsculo instante de beatlemanía local.
Antes, cuando aguardaba su equipaje en aduana, personal del sector también pudo posar junto a su sonrisa y quedarse con su postal junto a un ex Beatle. La diferencia con McCartney estaba firmada: mientras en mayo el bajista aterrizó de noche, en vuelo privado y salió por un rincón hermético, su ex camarada se dejó ver sin mayores aprensiones. Dos sobrevivientes con estilos contrapuestos. Starr luego tomó una van que enfiló hacia el hotel Ritz-Carlton. Ya en su habitación, timbró su preferencia por la comida liviana (es vegetariano): pidió frambuesas, plátanos y moras. Hasta ayer, no tenía contemplado salir. Sólo su esposa bajó de su pieza en la tarde.
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