Roncagliolo narra la vida del amante secreto de García Lorca

<P>El peruano vendrá a la Feria del Libro de Santiago con <I>El amante uruguayo</I>, crónica de la bohemia literaria hispana de los 30 y 40. </P>




Caudillo de las letras hispanas, Pablo Neruda también tuvo enemigos. Cuentan que el uruguayo Ricardo Paseyro no sólo echó a correr que el poeta chileno estuvo tras la muerte de Leon Trotsky en México, también que hizo un largo lobby ante la Academia Sueca para impedir que ganara el Nobel de Literatura. Lo atacaba públicamente donde podía. No andaba solo: en secreto, su compatriota Enrique Amorim financiaba cada uno de sus pasos contra Neruda.

Novelista mediocre, primo de Jorge Luis Borges, sobre todo, dandy, Amorim (1900-1960) fue parte de la bohemia literaria hispanoamericana pre y post Guerra Civil española: "Un perdedor", dice Santiago Roncagliolo que, sin embargo, le dedicó todo un libro, El amante uruguayo. No es un perdedor cualquiera: Amorim fue amante de Federico García Lorca y, dice una leyenda, enterró secretamente los restos del poeta español en su casa, en Salta, Uruguay.

"Yo soy un sicario", dice el autor de Abril rojo. "Me llaman para contar historias en que va a haber problemas. Me encargaron encontrar el cadáver de García Lorca. Era demasiado fascinante para negarme", agrega el novelista peruano, que en dos semanas estará en Chile para participar en la Feria del Libro de Santiago.

Fruto de una investigación que llevó a Roncagliolo a seguir rastros por Uruguay, Argentina, Francia y España, El amante uruguayo está centrado en el intento de Amorim por ser parte de la vida del español: "Amorim prácticamente lo secuestró en Uruguay. Lo llevó al carnaval, a las fiestas de la alta sociedad. García Lorca no le dio especial importancia. Amorim quedó tan prendado que dedicó el resto de su vida a adorarlo y a tratar de pasar a la historia junto a él", dice el autor.

De fondo, Roncagliolo relata la historia de una época: de Neruda a Chaplin, pasando por Borges y Picasso, toda una generación de estrellas se toparon con Amorim: "Él sabía que su gran historia era su vida, pero no podía contar sus secretos más candentes, especialmente sobre la homosexualidad de García Lorca o los trapos sucios del Partido Comunista", dice Roncagliolo. Y sigue: "Dejó toda la evidencia: correspondencia, memorias inéditas, prensa de la época: una mirada única a la intimidad, incluso a la vida sexual, de los grandes artistas del siglo XX. El amante uruguayo era mi oportunidad para contar esta historia desde la perspectiva del segundón, del que nunca sale en las fotos".

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