San Pedro, la poco conocida comuna de la Región Metropolitana

<P>Está a poco más de una hora de Santiago, pero todavía se mantiene 100% rural.</P>




En el local 197 de la Vega Central, el de Aurora Quiroz, se venden sólo frutillas. Es más: solamente las que provienen de San Pedro, una comuna que, al mirar el mapa general de la Región Metropolitana, no deja de ocupar un buen espacio en el extremo surponiente. Con 800 kilómetros cuadrados, es ocho veces más grande que Las Condes. "Hay veces en que le pregunto a mis clientes si saben dónde queda San Pedro y me miran raro, como diciendo que 'obviamente en el norte'. No saben que de ahí proviene el 40% nacional de la producción de frutillas y que está aquí, a una hora de Santiago", cuenta informadamente Quiroz.

No sólo es ese el broche de oro de esta comuna, donde sólo viven 8.000 habitantes (Las Condes tiene 250.000). Ahí, en esta época, en una iglesia, que es Monumento Nacional, se reúnen más de 50 cantores en el Encuentro de Canto a lo Divino, una expresión en décimas heredada de los jesuitas. Además, es la única zona de la Región Metropolitana donde se hace un particular evento, el Festival de la Frutilla. "En los años 50, mi padre, Rodemil, fue a Buin a buscar naranjos para plantar en nuestro campo de El Prado, uno de los villorrios que conforman San Pedro. Entre medio iban de regalo matas de frutillas. El las plantó así nomás y se dieron bien. Luego lo siguió haciendo con otro precursor del rubro, Juan Tapia, y nunca más paró".

El alcalde de la comuna, Florentino Flores, y sus habitantes definen a San Pedro como 100% rural. Abarca más de 30 localidades y caseríos desperdigados por su territorio, como La Rinconada, Yali, Loica y Santa Rosa, entre otras. Aquí no hay barrios ni vecinos. Cada familia vive en amplias parcelas sin alcantarillado, el que existe sólo en el centro cívico de San Pedro, según señalan en el municipio. Escasea el agua, porque, como dice el administrador municipal, Juan Carlos Carreño, "ya no quedan derechos de agua. Hay tres proyectos de agua potable, pero avanzan lento por esto".

Tampoco hay bancos. Por eso, muchas veces sus habitantes deben llegar hasta Melipilla para hacer algún trámite financiero. Tampoco hay conexión a celulares e internet en todos los sectores, a pesar de que la estación Longovilo de Entel está dentro de sus dominios. Los propios sanpedrinos dicen que las compañías de telecomunicaciones aún no llegan a la localidad, "porque no se interesan por abastecer de redes al mercado local, que es tan pequeño". Así lo corrobora Felipe Schuman, el locutor de la Radio Valle del Sol, una emisora que solamente se escucha en esta comuna y se encarga de informar -sin cobro- sobre ciertos eventos y ayudar a los vecinos.

Para ver televisión sin interferencias, por otra parte, la opción, a la que no todos tienen acceso, es la TV satelital. "Me gusta San Pedro, pero falta que llegue más modernidad, que podamos tener celulares e internet para conectarnos con el mundo", dice Pedro (18), que estudia en el liceo local.

A pesar de que se quejan, los lugareños se las arreglan: cuatro camiones aljibe recorren la comuna repartiendo dos mil litros de agua semanales por familia, lo que alcanzaría para unas 20 duchas.

Por el lado de la seguridad también ganan. En el retén de Carabineros explican que hay un detenido más o menos cada dos meses, casi siempre por riña o estado de ebriedad.

Niños y jóvenes no tienen que caminar kilómetros para ir a clases, porque la municipalidad los transporta en modernos buses. Además, hay tres cajas vecinas, un centro cívico -con oficina de Registro Civil incluida- y una posta que atiende las 24 horas.

El alcalde Florentino Flores lo sabe. "Los jóvenes tienen otras demandas y se necesita seguir invirtiendo, por ejemplo, en más alumbrado público, conectividad, y más medios y oportunidades para los frutilleros".

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