Se inician perforaciones petroleras en Malvinas pese a protesta argentina
<P>La empresa británica Desire Petroleum PLC inició sus trabajos al norte de las disputadas islas. Se espera que las operaciones duren unos 30 días. Encontrar petróleo es el sueño de muchos británicos que quieren aumentar la importancia del archipiélago, aunque es muy probable que todo quede en nada.</P>
Hasta ahora, sólo ha sido el sueño dorado de sus habitantes, los kelpers, y de sus benefactores. Que en las islas Malvinas (Falkland, para los británicos) se encuentren enormes reservas de petróleo que les den impensados recursos a sus habitantes, y una importancia económica ineludible para el gobierno central en Londres, algunos de cuyos miembros han estado deseosos de deshacerse de ese territorio de ultramar en las últimas décadas. Ello, en medio del tira y afloja que Reino Unido mantiene con Argentina por la soberanía de ese archipiélago en el Atlántico Sur.
Por eso, muchos tienen la vista puesta en las perforaciones que ayer comenzó a realizar la empresa británica de exploración petrolera Desire Petroleum PLC en un sitio al norte de las Malvinas, a pesar de las objeciones argentinas. "El pozo se está perforando hacia un objetivo de profundidad estimada de cerca de 3.500 metros", dijo la compañía en un comunicado. "Se espera que las operaciones de perforación lleven unos 30 días".
Los cálculos, proyecciones o apuestas más optimistas hablan de hasta 60 mil millones de barriles de petróleo en el yacimiento cerca de las Malvinas, lo que, según Robert Munks, analista de IHS Jane's, lo pondría en la categoría de los grandes campos petrolíferos sauditas. "Pero esto es sólo una estimación", dijo. "Debería subrayar, por supuesto, que podría no haber nada de nada. Estas son todas conjeturas", explicó.
Las islas en el Atlántico Sur perdieron importancia geoestratégica, especialmente desde el fin de la Guerra Fría, y se convirtieron en una carga para los gobiernos británicos que no sólo deben lidiar con los reclamos provenientes desde Buenos Aires, sino que deben mantener la presencia británica (unos 3.100 habitantes) en ese lugar. Aunque supuestamente las islas se autofinancian (tienen un PIB de US$ 75 millones), gracias a la actividad ganadera (principalmente estancias ovejeras) y la pesca (actualmente, la principal actividad económica), la dotación de las Fuerzas Armadas británicas -que no es meramente simbólica, por temor a que se repita la historia cuando fueron atacados por los argentinos en 1982, y a una distancia enorme desde sus bases- corre por cuenta de la capital.
La toma y la guerra
La disputa sobre las islas comenzó en 1833, cuando los británicos se instalaron allí. Argentina ha reclamado desde entonces su soberanía y lanzó una invasión en abril de 1982. Logró mantenerse en el lugar hasta junio, cuando una fuerza expedicionaria británica volvió a tomar el archipiélago. Tanto Reino Unido como Argentina se han comprometido desde entonces a resolver sus diferencias por medios pacíficos, pero las tensiones bilaterales aumentaron a medida que las compañías petroleras incrementaron su búsqueda de lucrativas reservas de gas natural y petróleo bajo la plataforma marina alrededor de las islas. Así, en la última semana, Buenos Aires ha protestado insistentemente por los planes petrolíferos.
Las relaciones diplomáticas bilaterales se restablecieron por completo en 1990. Pero el resentimiento persiste y la posibilidad de que Argentina se pierda las riquezas minerales submarinas ha intensificado el conflicto. Este mes, la Presidenta argentina, Cristina Fernández, decretó que cualquier barco que viaje a las islas o zarpe de allí debe pedir permiso a su país, pero Londres les dijo a sus capitanes que ignoren esa exigencia.
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