Simple: un gran amor no se olvida
<P>Sí, aunque usted crea que hay energías u ondas que unen a dos personas, la ciencia dice que son sólo genes y neurotransmisores que interactúan y hacen imborrable a alguien.</P>
O>lvídese de esa "energía" que hace que usted no pueda olvidar a su ex pololo. Es decir, busque menos poesía y más ciencia para explicarse por qué es tan difícil olvidar un gran amor. Porque el mismo fenómeno que testimonian los compositores de canciones románticas desde hace mucho, con metáforas y rimas, hoy lo explican los investigadores con genes, neurotransmisores y zonas de la corteza cerebral que se encienden o se apagan.
Esto, según los hallazgos más recientes, se debe, en primer lugar, a la participación de las emociones en los amores que han sido importantes. Ellas son el gran anclaje de estos recuerdos en el cerebro. Y aunque la relación de pareja quizás tuvo malos momentos, estos también -con seguridad- tienen fuertes emociones que los hacen estar presentes en nuestra memoria de largo plazo.
Una prueba para demostrar la teoría: trate de recordar el número de teléfono (no uno que se sabe de memoria) al que llamó varias veces ayer... ¿No lo logró? Ahora, trate de recordar el número del celular de su ex pareja... Fácil ¿No es cierto? Lo que pasa es que su memoria recuerda todos los días datos que retiene algún tiempo en una zona de su cerebro llamada hipocampo y luego los olvida. Esta es la memoria de trabajo.
Pero si a estos mismos datos se le agregan emociones, pasan a tener otro valor. La emoción se dispara en una estructura vecina al hipocampo que se llama amígdala y, con ella, se liberan una serie de neurotransmisores que van a estimular al hipocampo. Esto permite que esa información que retiene este núcleo se distribuya en distintas zonas del cerebro, que se relacionan con formas, colores, olores, etc. Esta es la memoria de largo plazo, que le permite recordar eventos que se produjeron hace mucho tiempo. Mientras mayor es la intensidad de las emociones, más potente es el recuerdo.
Y en un romance, las puertas que abren el baúl de los recuerdos son muchas: sonidos, colores, olores, canciones, una comida, una cierta luz. Cualquier elemento que dio intensidad y acompañó el nerviosismo de cuándo conoció a su ex pareja, va a disparar estos recuerdos.
Asimismo, mientras más dura el romance, más material tiene la memoria para recordar. Esto hace la diferencia entre un romance pasajero y un auténtico amor. Y si la relación terminó mal, agria y beligerante, esta evocación será a su vez dolorosa y amarga. Así, con buenos y malos recuerdos se viven los primeros meses, incluso hasta el año, después de que un vínculo se termina. Es parte del duelo.
Por último, también influye en lo que recordamos ciertos genes que producen determinados receptores en las neuronas, según explica en el sitio web de la U. Seattle Pacific el biólogo molecular John Medina, jefe del Centro del Cerebro de esa casa de estudios. A mayor tamaño del gen, las neuronas tendrán más receptores y esto permite que determinado recuerdo sea más indeleble que en alguien que tiene un gen más pequeño y, por lo tanto, menos receptores para determinado neurotransmisor.
Pero también hay que tener presente el dicho popular de que "el tiempo ayuda a olvidar". Porque de tanto recordar lo que pasó, las conexiones neuronales se saturan y se produce el fenómeno de la "down regulation", en que los neurotransmisores disminuyen en la zona de intercambio neuronal. Y así los recuerdos vinculados a alguien importante se van debilitando.
Por eso, cuando termine con una relación no le haga el quite a recordarla. Así, de tanto darle vuelta al asunto, usted irá perdiendo la sensibilidad al tema y podrá recordarla en su justa medida. Sin obsesiones.
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