Sócrates, un futbolista con perfil político
<P>Producto de un problema derivado de su alcoholismo, ayer falleció el ex seleccionado brasileño.</P>
Ayer murió uno de los mejores futbolistas brasileños de la historia: Sócrates. Un personaje siempre activo en lo político y que nunca pasó inadvertido, gracias a su exquisita técnica, su barba descuidada, el cintillo que lució durante una época en la cabeza, su 1,91 metro de estatura, su pequeño pie (calzaba 37) y su espíritu rebelde. Sus brillantes pases de taco y su capacidad para abrir defensas cerradas todavía son recordados por los fanáticos.
Luego de estar en cuidado intensivo desde septiembre, falleció ayer en la madrugada, a los 57 años, debido a un shock séptico originado por un problema al hígado que le generó su reconocida adicción al alcohol.
En el balompié profesional debutó a los 20 años, mezclando el deporte con sus estudios de medicina, profesión a la que luego intentó dedicarse, aunque sin mucho éxito. De ahí su apodo de "Doctor".
Jugó en Botafogo, Corinthians, Flamengo, Santos y Fiorentina. En 2004 defendió por un partido a Garforth Town, de una liga provincial inglesa.
Sin embargo, el mundo lo tiene en el disco duro por ser una de las grandes figuras de todos los tiempos del "Scratch", pese a que sufrió la sorpresiva eliminación por Italia en España '82, torneo al que los sudamericanos llegaban como amplios favoritos por su juego y que son considerados, junto a la "Naranja Mecánica", como una de las grandes escuadras que no fue campeona. De todas formas, estuvo en el equipo ideal del certamen.
En México '86 no pudo redimirse y desperdició un penal en la definición que perdieron con Francia, en cuartos de final, y amplió la larga sequía brasileña en Copas del Mundo, que recién terminó en 1994.
Sus ideas democráticas
Algo que lo destacó en los últimos meses, en los que convivió con la lucha contra el alcoholismo, fue la idea de Zico de llevarlo a la presidencia de la Confederación Brasileña de Fútbol.
Pero uno de los mayores hitos por los cuales se construye su leyenda fue la llamada "democracia corinthiana", que se puso en práctica en Corinthians entre 1982 y 1984, en tiempos de dictadura militar.
En ese equipo todo se decidía en conjunto: la comida, el "11", los fichajes y los horarios de práctica. Se eliminaron las concentraciones y votaba hasta el último suplente con el mismo poder de los líderes.
Así, el "Timao" ganó tres títulos paulistas y Sócrates fue elegido el mejor de Sudamérica en 1983.
Sobre su pensamiento político puesto en servicio del fútbol, escribió en su libro Utopía de un juego: "Conseguimos probarle al público que cualquier sociedad puede y debe ser igualitaria".
Ese mismo '83, en la final del Paulista frente a Sao Paulo, saltó a la cancha con una camiseta donde se leía "Ganar o perder, pero siempre con democracia".
Con todo eso, dejó en claro su simpatía por figuras como Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara, además de John Lennon. Incluso, uno de sus hijos se llama como el líder cubano, algo que no fue recibido tan bien en su familia.
"Cuando le puse a uno de mis hijos Fidel, mi madre me dijo: 'Es un nombre un poco fuerte para un niño'. Y le respondí: 'Madre, mira lo que me hiciste a mí", comentó hace unos años.
Varios líderes, Lula entre ellos, lo instaron a involucrarse en política, pero Sócrates nunca aceptó. A fin de cuentas, tenía claro que lo mejor que había hecho era jugar fútbol.
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