Solitario explorador muere tratando de cruzar la Antártica

<P>Henry Worsley llevaba 71 días de travesía en el continente.</P>




Tras 71 días de caminata, y a sólo 48 kilómetros de su meta, el explorador británico Henry Worsley (55) debió abandonar el desafío de cruzar la Antártica sin ayuda. Sería el primero del mundo en hacerlo, pero una peritonitis bacteriana -enfermedad que causa desde dolor abdominal hasta fiebre y vómitos- lo debilitó y debió ser trasladado de urgencia hacia Punta Arenas el sábado pasado, donde falleció el domingo, debido a una falla multiorgánica, informó la Clínica Magallanes.

Worsley pretendía terminar la misión que Sir Ernest Shackleton dejó inconclusa en 1922, cuando falleció antes de comenzar su tercer intento por cruzar el continente blanco. El británico, ex oficial del ejército, era descendiente de Frank Worsley, capitán del barco Endurance - que se hundió en 1915 atrapado por las placas de hielo del Mar de Weddell, en la Antártida-, en una de las misiones de Shackleton.

Cruzar la Antártica solo era parte de un programa con el que Worsley intentaba recaudar fondos para ayudar a sus ex compañeros de ejército heridos que desearan utilizar el deporte o la aventura como parte de su rehabilitación.

Worsley comenzó su expedición el 13 de noviembre de 2015 y arrastraba un trineo con el equipo y los alimentos que necesitaba para ella. Le faltaban 4 días para terminar en la fecha que se había planeado, cuando fue recogido el sábado desde la Antártida. Sufría de agotamiento y deshidratación.

Su viuda, Joanna Worsley, confirmó la muerte a través de un comunicado, en el que señaló que el explorador logró su meta de recaudar más de 100 mil libras (más de 100 millones de pesos) para el Fondo Endeavour. "Se hizo un cruce, en condiciones meteorológicas excepcionalmente difíciles, con motivo del centenario de la expedición Endurance de Sir Ernest Shackleton, su héroe de toda la vida", dijo.

En su último comunicado desde la Antártica, Henry Worsley, había destacado que su viaje lo hacía para ayudar a los soldados heridos en rehabilitación, como retribución a quienes habían sido menos afortunados que él. "Los 71 días solo en la Antártica con más de 900 millas terrestres cubiertas (1.440 km) y una baja gradual de mi resistencia física, finalmente causaron sus estragos hoy, y es con tristeza que puedo informar que es el final del viaje. Tan cerca de mi objetivo", declaró.

Pesar en Inglaterra

El príncipe William, patrono de la expedición, fue uno de los primeros en dar el pésame por la muerte del ex soldado, con quien era cercano y con el que se había comunicado en Navidad. "Él era un hombre que mostró un gran coraje y determinación, y estamos muy orgullosos de estar asociados con él", señaló, aludiendo también al pesar de su hermano Harry. "Hemos perdido a un amigo, pero seguirá siendo una fuente de inspiración para todos nosotros, especialmente los que se beneficiarán de su apoyo al Fondo Endeavour", agregó.

"No hay palabras que puedan describir la tristeza de la pérdida de Henry. Fui afortunado de haberlo conocido en mi camino a la Antártica", dijo a través de Instagram el ex futbolista David Beckham.

Harry Holt, presidente del Fondo Endeavour y amigo de Worsley desde que estaban en el ejército, dijo que están devastados, pero "muy orgullosos de haber estado asociados con los enormes logros de Henry, lloramos su sacrificio. Nuestros pensamientos y oraciones están con su familia y amigos en esta hora oscura", señaló en un comunicado.

Caminar por la Antártica

Ricardo Jaña, investigador del Instituto Antártico Chileno (Inach), explica que desplazarse por el continente es difícil y peligroso, por el frío extremo y las grietas. "Que lo haya estado haciendo solo lo hace más complejo", dice. "Desplazarse esa cantidad de kilómetros, arrastrando una carga en un trineo, impone un esfuerzo físico muy importante. Mantener un ritmo y la dirección es muy difícil en un ambiente extremo, donde muchas veces no hay un elemento de referencia, ya que todo es blanco y plano. Además, seguro en 70 días buena parte debe haber sido de mal tiempo, una dificultad adicional", sostiene.

El viento, agrega, es otro de los obstáculos, pues baja la sensación térmica. La altura también, y al cruzar la Antártica se pasa del nivel del mar a 2.835 en el Polo Sur, donde baja la temperatura y la presión, lo que hace más difícil respirar y el esfuerzo físico se incrementa.

Con vientos de 40 nudos, por ejemplo, si la temperatura es de 0 °C, la sensación térmica puede llegar a los -21 °C. Con -10 °C, la sensación es de -38 °C y la piel descubierta se puede congelar en menos de un minuto.

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