Steve Jobs: el legado de un emprendedor

<br>




SI UNA de las medidas de la influencia de un individuo es el impacto que tienen sus ideas y sus acciones en las vidas de muchos otros, entonces Steve Jobs posiblemente haya sido una de las personas más relevantes del último tiempo. El trabajo del fundador de Apple, quien sucumbió a un cáncer el miércoles a los 56 años, no sólo afectó en muchas y poderosas maneras las vidas de sus contemporáneos, sino probablemente también las de generaciones futuras.
Hoy resulta evidente que la revolución tecnológica que trajeron las invenciones de Apple y la inteligencia multifacética de Jobs -en industrias tan relevantes como la telefonía celular, el entretenimiento (música y cine), el marketing y la computación personal- también ha significado una revolución cultural, pues ha repercutido en códigos de comunicación, formas de trabajo y patrones de conducta que están en la esencia de las relaciones humanas y, por ende, de la vida en sociedad.
La vida de Jobs es ilustrativa de la fuerza que tiene el emprendimiento en una sociedad que está dispuesta a aceptarlo, incentivarlo y aprovecharlo en su beneficio. Jobs fue un emprendedor en el sentido más amplio. La inspiración original sobre el futuro de la computación personal y la tecnología que la impulsaría necesitó la persistencia y el arduo trabajo de años antes de concretarse en un producto comercial exitoso; despedido de Apple y vuelto a contratar tiempo después, Jobs condujo a la empresa a nuevos éxitos comerciales y a adelantos tecnológicos revolucionarios que fijaron nuevos estándares, hasta convertirla en un ícono mundial y en un negocio multibillonario.
Vivió en una sociedad y trabajó en una industria que premian la audacia, el esfuerzo, la disposición al fracaso y la capacidad de sobreponerse a él. Con inteligencia y talento, Jobs movió las fronteras de la tecnología e impulsó cambios que marcan nuestra época.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.