Supremacía keniata

<P>El récord mundial de Wilson Kipsang en Berlín reposicionó a Kenia como la gran potencia de la más clásica prueba del atletismo. </P>




En algunos países, hay deportes que les acomodan más que otros y se aprovechan para sentar una jerarquía sobre el resto. Pasa en el maratón, donde es extraño ver en el último tiempo a atletas no africanos ganar estas competencias. De ellos, Kenia, Etiopía y Uganda encabezan la lista con medallas, premios y campeonatos ganados.

Después de un leve tropiezo a mitad de año, los keniatas volvieron a ubicarse como los más fuertes en la tradicional competencia. El triunfo con récord mundial de Wilson Kipsang en Berlín este domingo permite una recuperación, tras perder el Mundial de Moscú, en agosto, a manos del ugandés Stephen Kiprotich.

Kenia sucedió en este siglo el dominio de Etiopía en los años 60 y 70 y sus números son asombrosos. Los hombres y las mujeres suman ocho oros entre JJ.OO. y Mundiales, así como una serie de maratones y seis títulos consecutivos entre 2006 y 2012 de los World Marathon Majors, que agrupan las seis pruebas más tradicionales en el planeta.

¿Hay alguna clave para que los keniatas sean mejores no sólo en maratón? "No hay respuesta simple para eso. Los investigadores han gastado millones de dólares para determinar por qué los africanos del este son tan fuertes y creemos que es la altitud y la actitud", asegura la keniata Lornah Kiplagat, bicampeona mundial de mediomaratón en 2007 y 2008.

La geografía ayuda a esto. Gran parte de la superficie de Kenia se encuentra a más de dos mil metros de altura, lo que permite un mejor trabajo físico y una reacción fisiológica en el cuerpo. "Cuando estás en altitud, creas más glóbulos rojos en la sangre. Ellos son los encargados de llevar oxígenos a los músculos. Así que, a mayor cantidad de glóbulos rojos, más es el oxígeno en los músculos. Eso significa que puedes correr durante más tiempo a gran velocidad", cuenta Kiplagat.

Por eso, no extraña de destacados deportistas mundiales, como el campeón olímpico y mundial de 10 mil metros Mo Farah y la récordwoman del maratón Paula Radcliffe, vayan a entrenar a este país.

Pero no sólo la altitud es lo fundamental en este aspecto. Las tribus keniatas son seminómadas, por lo que constantemente se trasladan a través del país, en algunos casos corriendo. Asimismo, es común que los niños en el interior del país caminen diariamente unos 10 kilómetros, generando desde pequeños una base aeróbica importante, que luego se va puliendo con el trabajo profesional.

"Entrenamos resistencia y sólo hacemos ejercicios de pesas en el gimnasio, a diferencia de los velocistas, quienes hacen trabajo corto de alta intensidad y trabajo de potencia en el gimnasio. En un entrenamiento normal, los maratonistas llegamos a correr hasta tres horas por sesión", dice Kiplagat.

¿Y la alimentación? Una dieta regular en Kenia es pobre en proteínas y grasa, pero muy alta en carbohidratos.

Toda esta base física es ayudada con un intenso entrenamiento en centros especialmente adecuados para esto. La propia Kiplagat posee uno en la ciudad de Iten y entrega un íntegro servicio a atletas y selecciones nacionales. "Mucha gente combina entrenamiento con un safari en la selva keniata e incluso con algunos días en la playa. Tenemos un gimnasio, una piscina, un sauna y una pista certificada por la IAAF. Tenemos entrenadores calificados que ayudan a los atletas y también una clínica para fisioterapia", explica Kiplagat.

Todo es parte de una labor que busca seguir posicionando a Kenia como el dominador del maratón mundial, y el triunfo de Kipsang en Berlín es su última muestra.

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