Supuesto asesino en serie aterroriza a Long Island

<P>El lunes se encontraron restos humanos que se suman a los ocho cadáveres recuperados en los últimos cuatro meses.</P>




Ya son al menos nueve los asesinatos no resueltos en los últimos cuatro meses en las playas de Long Island, en Nueva York. El caso se ha convertido en un dolor de cabeza para las autoridades y ha sembrado el terror entre los habitantes de la zona.

El balance de víctimas podría ser de 10, ya que no se tiene certeza acerca de si los últimos restos encontrados el lunes - un torso, un grupo de huesos enterrados en la playa y un solitario cráneo- corresponden a un solo cadáver o a dos diferentes.

Pero una cosa es clara: ya se han recuperado ocho cadáveres, tres de ellos hace menos de dos semanas.

Sólo cuatro están identificados y corresponden a prostitutas que ofrecían sus servicios a través de Craigslist, una página web de avisos clasificados.

El caso comenzó con la desaparición de Shannan Gilbert, una prostituta de 24 años de Nueva Jersey que fue vista por última vez en mayo de 2010 en Long Island, y por la cual la policía comenzó a rastrear la zona, encontrando los cuatro cadáveres de las mujeres en diciembre. Sin embargo, Gilbert aún se encuentra desaparecida.

Un vecino del lugar aseguró que a las cinco de la mañana del 1 de mayo, una prostituta golpeó su puerta gritando: "¡Ayúdenme! Pero mientras llamaba a la policía, ella desapareció.

Las autoridades aumentaron los recursos de la investigación, en la que ya está participando el FBI. Además, varios buzos comenzaron el miércoles a rastrear zonas y playas solitarias en busca de más cadáveres.

El desplazamiento de los especialistas por Long Island ha aumentado el miedo entre los vecinos, que temen encontrarse nuevamente con un asesino en su comunidad, tal como ocurrió en 1993 y 1996.

Si se comprueba que la misma persona cometió los crímenes, sería la tercera vez que Long Island es escenario de un asesino en serie con predilección por prostitutas. El propio jefe de la policía de Suffolk, Richard Dormer, sugirió que existen coincidencias entre las víctimas, que podrían indicar que el responsable de sus muertes es la misma persona.

Incluso, se baraja la posibilidad de que el asesino sea un policía, ex uniformado o alguien que conoce el trabajo policial, debido a la habilidad con que ha ejecutado tareas como usar el celular de una de sus víctimas para hacer llamadas insultantes a su familia: las conversaciones duran menos de tres minutos, por lo que no pueden ser localizadas y son siempre desde zonas muy concurridas.

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