"Te van a meter seis esta semana"

<P>El director José Tomás Errázuriz fue el más efusivo de la cúpula de ByN, que ayer puso el bullicio y las pullas al rival en un estadio vacío.</P>




"Hablémonos, que se va a escuchar más ahora", le decía Johnny Herrera al líbero Albert Acevedo, segundos antes del pitazo inicial del juez Eduardo Gamboa. La frase no se repitió del lado de Colo Colo; primero, porque el arquero Renny Vega (quedó demostrado) no es de mucha labia y, segundo, porque quien ofrecía las instrucciones era el experimentado Pablo Contreras. El zaguero constantemente arengó a sus compañeros y su voz grave se imponía a la aguda del empeñoso Rafael Caroca y al silencio del eficiente Esteban Paredes, concentrado ciento por ciento en su brega con Acevedo y Paulo Magalhaes.

En la banca, Sampaoli parecía león enjaulado. De un lado a otro. "Gamboa, cobrá", gritaba, mientras miraba a la banca buscando explicaciones en su ayudante Sebastián Beccacece, otro impulsivo en los reclamos. En la cancha, el "Carepa" (como le llaman sus compañeros a Marcelo Díaz) era otro que ordenaba, aunque con cierta timidez.

El golazo de Esteban Paredes se metió en el ángulo superior derecho de Herrera y silenció la banca azul. Desde ahí, el protagonismo lo tomó la barra que alentó a Colo Colo. Sí, pese a estar restringido el ingreso de hinchas por mal comportamiento en La Florida, hubo un puñado de colocolinos que alentó...

Varios integrantes de la concesionaria Blanco y Negro (ByN) metieron bulla en un estadio que sólo contó con la presencia de carabineros y de la prensa.

El más activo en el palco del estadio Monumental fue el director José Tomás Errázuriz, sobre todo con su ánimo de molestar al entrenador de los univesitarios y al réferi. "¡Sampaoli, te van a meter seis (goles) esta semana!", "¡Sampaoli, al corral!", "¡Gamboa, eres de la 'U'!", expresaba el carismático líder de la improvisada hinchada. Encima, cuando Esteban Paredes abrió la cuenta, el dirigente de la cúpula alba arengó con la consigna "nos faltan cuatro goles más", tratando de que el "Cacique" llegara a igualar el doloroso 5-0 que aún recuerdan en Macul.

Alegría presidencial

Otro efusivo fue el timonel Carlos Tapia (ver recuadro). Celebró el primer tanto, pero el segundo del volante Bryan Rabello no lo vio, pues recién subía por las escaleras. Su nerviosismo se notó siempre cuando pedía la hora. Todo terminó con un apretado abrazo con Errázuriz y el accionista Aníbal Mosa, y luego con el gerente Alvaro Romero.

Su par azul, el presidente José Yuraszeck, estuvo parco y su mayor ademán fue poner su camiseta de la "U" con mucho cuidado en la silla de enfrente.

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