Tour revive las clásicas historias policiales del centro de Santiago
<P>Son sitios donde ocurrieron asesinatos y robos o que pertenecieron a mafias organizadas de la capital. </P>
Pese a que la Navidad ya pasó, el ajetreo no se detiene en Copacabana, céntrica galería ubicada en calle San Antonio, entre Esmeralda y Santo Domingo. Quizás, muchas de las personas que visitan sus locales desconocen la historia policial que esconde el lugar. Durante años, su dueño fue uno de los narcotraficantes más conocidos de la ciudad, Mario Silva Leiva, conocido en el hampa como el Cabro Carrera.
Poseía una fortuna de US$ 20 millones, 20 caballos purasangre y varias propiedades, entre ellas una casa en Pedro de Valdivia Norte y la galería Copacabana. En 2006, nueve años después de que Silva y su mafia fueran arrestados, la justicia remató el centro comercial de calle San Antonio en US$ 3,5 millones.
La historia de Copacabana será rescatada hoy en un tour que recorrerá éste y otros lugares del casco histórico de Santiago, que han sido marcados por crímenes. Algunos fueron escenarios de asesinatos que llenaron cientos de páginas en la crónica roja. Otros, fueron afectados por robos que, más tarde, fueron recreados por populares películas.
La ruta, organizada por Cultura Mapocho, comenzará a las 10 horas en la plaza Vicuña Mackenna, a un costado del cerro Santa Lucía.
Robo de película
Pocos capitalinos asocian el Teatro Municipal con la crónica roja, pero ahí ocurrió uno de los crímenes más recordados de comienzos del siglo XX. Una tarde de julio de 1905, una joven de la elite, Teresa Zañartu Vicuña, salía de una función de la ópera trágica Poliuto, de Gaetano Donizetti, cuando en el foyer del teatro fue abatida por un balazo en la cabeza. ¿Quién le disparó? Su ex marido, Eduardo Undurraga García-Huidobro. El asesinato le sirvió al escritor Luis Orrego Luco como inspiración para su novela Casa Grande.
Otro escenario de crímenes literarios fue el ex Hotel Crillón, el más lujoso de la ciudad. Estaba en la esquina de Agustinas con Ahumada (la construcción hoy la ocupa una multitienda) y su concurrido café era el epicentro de la bohemia santiaguina de los años 40. En ese lugar, en 1941, la escritora María Luisa Bombal le disparó a su amante, aunque no consiguió darle muerte. Catorce años después, otra escritora, María Carolina Geel, también usó el Crillón para balear a su pareja. A diferencia de Bombal, su víctima sí falleció.
También se visitará el edificio de calle Estado donde ocurrió el robo que inspiró el filme Johnny Cien Pesos.
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