Tres universidades ofrecen créditos internos a tasas de interés superiores a las del CAE

Alexandra solicitó durante los años 2008 y 2009 un crédito en la Universidad de Las Américas para continuar sus estudios de Diseño.

El sistema le permitía cancelar parte del arancel en cuotas mensuales y la diferencia se acumulaba para pagarla una vez egresada.

En total, el plantel le otorgó $ 3 millones de préstamo, de los cuales ya lleva pagados $ 2,8 millones, pero según consta en sus pagarés aún adeuda $ 3,7 millones.

"La cuota que pago cubre en mayor parte los intereses. Del préstamo no es mucho lo que llevo pagado", dice.

De hecho, en su último informe financiero consta que cancela $ 51.700 mensuales, de los cuales un 58% corresponde a intereses.

En la Udla señalan que desde el 2008 ya no otorgan créditos directos a sus alumnos y sólo se les mantuvo a los estudiantes antiguos.

Según un sondeo realizado por La Tercera entre 32 universidades, 12 planteles otorgaron este año créditos directos a sus alumnos para que los estudiantes cancelen parte o la totalidad del arancel.

Se trata de las universidades Finis Terrae, Autónoma, Mayor, del Mar, de Santiago, del Bío Bío, Federico Santa María, y las católicas de Chile, Temuco, del Norte, de la Santísima Concepción y Silva Henríquez.

Tres de ellas superan la tasa de interés del Crédito con Aval del Estado (2%).

En total, 19.127 alumnos estudian este año con préstamos de los planteles.

La Finis Terrae es la institución con los intereses más altos, 9,6% anual. El crédito se otorga a alumnos de cursos de los últimos años que acrediten problemas económicos y se puede renovar de manera semestral. Actualmente, 82 estudiantes están adscritos, con un costo total de $ 175 millones.

Por ejemplo, la carrera de Arquitectura tiene un arancel de $ 3.724.000 (ver tabla). Si un alumno financia un año de este programa con el crédito interno y cancela en 12 meses su deuda, paga $ 4.081.504, como mínimo. Si financia toda su carrera y la paga en cinco años, pagaría $ 24.489.000, $ 2,5 millones más que si la hubiese cancelado al contado.

"La tasa la fijamos considerando lo que ofrece el mercado. Si un alumno solicita en un banco lo más probable es que le otorguen el crédito por 1% mensual o más", dice Pablo Barros, vicerrector de Finanzas de la U. Finis Terrae.

En el plantel explican, además, que la mora bordea el 15% y que el total de créditos otorgados sólo representa el 1% del total de ingresos de la universidad.

El préstamo de la U. del Mar se otorga en unidades de fomento y tiene un interés anual de 5,8%. Si un alumno pide este crédito para pagar el arancel de la carrera de Ingeniería Comercial que tiene un costo de $ 2 millones, termina pagando $ 117 mil más adicional por cada año.

En la UC cuentan con dos tipos de créditos directos para los alumnos. El primero está destinado a financiar la brecha entre el arancel de referencia que cubren las becas y créditos estatales y lo que realmente cuesta la carrera. Se otorga en UF, además, tiene un 4,5% de interés anual y se cancela hasta en 144 cuotas.

El otro está destinado a alumnos egresados de la educación media de establecimientos municipales o subvencionados y que se ubiquen dentro del 7,5% mejor de su promoción. También se otorga en UF, pero tiene un interés de 2%. En total, la UC benefició este año a 297 estudiantes. En total, la UC asignó este año $ 650 millones en créditos.

De los planteles que otorgan créditos, sólo la Universidad Autónoma no cobra intereses. Sin embargo, el mecanismo sólo financia hasta el 30% del arancel.

Para el economista de la Fundación Sol, Marco Kremerman, que las universidades presten dinero y cobren intereses significa que persiguen fines de lucro. "Las universidades se supone que no persiguen fines de lucro, por ello no se explica el porqué cobran un interés. Si desean ayudar a un alumno deben hacerlo en cuotas fijas que no sobrepasen el monto total del arancel. Además, cuando los alumnos entran en mora los intereses aumentan", dice.

Ues. autónomas

"Las universidades son instituciones de carácter autónomo, rigiéndose por sí mismas de conformidad con lo establecido en sus estatutos y particularmente en todo lo concerniente a temas económicos y administrativos", señala el subsecretario de educación superior Juan José Ugarte para explicar el por qué este tipo de instituciones pueden prestar dineros propios.

Agrega que "en la actual legislación no existen atribuciones del ministerio para resolver aquello que provenga de las relaciones económicas entre la institución y el alumno, ya sea directamente o en su calidad de intermediario con instituciones privadas de crédito".

Por esto, el proyecto de ley que creará una Superintendencia de Educación Superior contará con atribuciones para regular y fiscalizar las operaciones económicas que realizan los planteles.