Un citycar estiloso y juvenil, pero muy marcado por Mini
<P>Sodivem, nuevo importador de Lifán en Chile, presenta un atractivo <I>citycar</I> de aspecto juvenil, inspirado hasta los detalles en el Mini, con el que espera reforzar su imagen y ganar presencia en el país. El Lifan 320 arribó en cuatro versiones de equipamiento, todas con un motor 1.3 de 87 Hp y 110 Nm de torque, que según la marca da 18 km/litro.</P>
Luego del cambio de importador que sufrió este año, Lifan entró en un proceso de reestructuración que busca potenciar su imagen en Chile con un portafolio más completo, usando como punta de lanza el nuevo 320.
Se trata de un atractivo citycar de aspecto juvenil, que al igual que la primera generación de autos chinos que llegaron al país, utilizan como imagen un modelo específico de una marca tradicional, en este caso, de Mini.
Y no es que el 320 sólo se parezca al modelo británico. Es prácticamente igual, y sólo detalles menores los diferencian estéticamente. Entre éstos hay una carrocería de cinco puertas ligeramente más larga y alta que la del Mini, aunque levemente más angosta: el Lifan 320 mide 3.745 mm de largo, 1.620 mm de ancho y 1.430 mm de alto, con una distancia entre ejes de 2.340 mm.
Exteriormente, también presenta modificaciones respecto del modelo británico, aunque éstas se remiten sólo a una nueva grilla y a unos focos delanteros alargados.
El habitáculo es amplio y puede llevar razonablemente bien a cuatro pasajeros. Las plazas delanteras cuentan con un buen espacio para la cabeza, mientras que las traseras tienen suficiente lugar para las piernas, aunque no es excepcionalmente cómodo. La posición de manejo sí es buena, pero el pequeño espejo retrovisor central y los anchos pilares C dificultan la vista hacia atrás.
Los materiales en el interior son correctos y sus terminaciones buenas, aunque si nos mantenemos en este punto comparativo con el Mini, están a años luz. En este sentido, destaca el grueso volante de tacto sólido, al igual que la palanca de cambios, que engrana con facilidad las marchas.
La consola central tiene un diseño muy juvenil, que asemeja a un rostro sonriente, mientras que en el panel de instrumentos destacan el velocímetro y cuenta kilómetros digital.
Falta potencia
El Lifan 320 cuenta con un motor 1.3 litros con 87 Hp y 110 Nm de torque, pero éste llega a las 4.000 rpm, lo que le quita dinamismo en la salida y hace que el auto se sienta lento. Recién sobre las 2.500 rpm el motor empieza a cobrar vida, pero a esa altura se vuelve ruidoso, restando confort de marcha. En pendientes positivas acusa la falta de torque.
La dirección está demasiado asistida, por lo que se siente algo lerda y poco precisa. Pese a esto, el 320 es ágil en la ciudad, gracias a sus pequeñas dimensiones. La suspensión tiene un ajuste más duro del que suelen tener los vehículos chinos, lo que ayuda a que el auto no rebote en baches y lomos de toro, pero que por eso no pierde el confort de marcha. Los frenos también responden bien, aunque por culpa del reparto de peso tiende a clavarse de punta.
En cuanto a equipamiento, la versión Elite del Lifan 320 incorpora doble airbag, frenos ABS, aire acondicionado, kit eléctrico completo, radio con MP3, entrada auxiliar y USB, llantas de aleación y neblineros, lo que ajustado a su precio ($ 4.900.000) lo convierte en una opción muy atractiva entre los citycars estilosos.
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