Un día como hoy: Irak invade Kuwait

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Quizás el primer gran error de su ambicioso plan, Saddam Hussein lo cometió en 1980, cuando ordenó una invasión a Irán con el objetivo de exigirle un acuerdo que permitiera la apertura de una vía fluvial para ampliar las salidas iraquíes al Golfo Pérsico. Las cosas no salieron como quería y la resistencia iraní fue más severa e implacable de lo que Saddam esperaba. La guerra duró ocho años y terminó con Irak como vencedor discutible, e indiscutiblemente débil.

En la segunda etapa para hacer del Estado iraquí el líder del mundo árabe y un imperio petrolero, y para levantar la moral del pueblo, además de su alicaída popularidad, Irak invade Kuwait.

Calculó mal de nuevo. Saddam creía que Estados Unidos y las potencias occidentales no se meterían en un asunto entre árabes y, el 2 de agosto de 1990, 100.000 soldados iraquíes, con el apoyo de 700 tanques, entraron a Kuwait a las 2 de la madrugada.

Los aviones bombardearon el Ministerio de Defensa y el palacio del jeque, las comunicaciones y los caminos fueron interrumpidos, los invasores tomaron el control del Banco Central y del aeropuerto, y miles quedaron atrapados en el pequeño Estado de casi 18 mil kilómetros cuadrados. Sólo en el ataque inicial murieron más de 200 personas. La resistencia kuwaití era débil, pero el rechazo de la comunidad internacional fue atronador.

El Consejo de Seguridad de la ONU, tras una votación unánime, declaró nula la anexión de Kuwait y ordenó a Hussein retirar sus tropas.

Ultimátum que Occidente dictaba, ultimátum que Saddam ignoraba, a pesar de las sanciones económicas que se fueron sumando una tras otra.

Cinco meses más tarde, el conflicto se convertiría en la Guerra del Golfo Pérsico, con consecuencias que siguen hasta ahora, 20 años después de que Irak invadiera Kuwait, un día como hoy.

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