Un memorable Cat Stevens despidió Viña 2015

<P><I>El británico, hoy conocido como Yusuf, hizo una presentación de sonido magistral, donde incluyó todos sus grandes éxitos. La Quinta Vergara lo recibió con reverencia. </I></P>




Puede ser que ya que en el mundo del rock se acostumbra a envejecer a punta de whisky y cigarros, que estamos acostumbrados a la voces raspadas con la edad. O quizás, Cat Stevens, ahora conocido como Yusuf, es simplemente un privilegiado. El punto es que anoche, arriba de la Quinta Vergara, su voz sonó igual que cuando tenía 22, y se convirtió en un éxito mundial. Eso, a los 66 años.

"Estoy bastante feliz de sonar similar a como lo hacía hace 40 años. Es casi un milagro", explicó el músico musulmán, durante la conferencia de prensa de la tarde, agregando, "creo que ha sido porque me he mantenido sobrio y he cuidado mi cuerpo".

La de anoche fue una jornada final solemne en Viña, que, con un público más familiar y adulto que en las cinco noches anteriores, se llenó de emoción y de bastantes lágrimas, ante la impecable presentación de la leyenda de la música.

Los animadores dieron inicio a la jornada dando gracias al público por la energía de los días pasados. "Ha sido una tremenda fiesta", dijo Carolina De Moras -quien vestía un diseño negro de Matías Hernán-. Una fiesta de seis días que esperaba al único artista anglo del certamen. El cantante llevaba casi una semana en Santiago, y el día anterior se había trasladado a la Ciudad Jardín. Anoche, la Quinta Vergara tenía más despliegue de seguridad y restricciones de fotos y cobertura, pedidas por la organización de Yusuf. "Vamos a iniciar la fiesta con una leyenda de la música", presentó Rafael Araneda, al músico que había visitado Chile por última vez hace dos años.

De pelo cano, Yusuf apareció en el escenario con una sonrisa, y después de saludar con la mano al público, tomó la guitarra, y entonó Wild world, su himno de 1970. El público de la Quinta Vergara, de inmediato comenzó a pedir la Gaviota. "Muchas gracias", dijo en español el británico, para luego seguir su presentación con Where do the children play, The first cut is the deepest y Here comes my baby. Brilló con la simpleza de su guitarra a leña y el carácter austero de su puesta en escena, en las antípodas de lo mostrado por Romeo Santos apenas 24 horas antes. El público, por mientras, quizás no se paraba ni se meneaba como el jueves, pero seguía el show con reverencia, como si el cantante dirigiera un servicio religioso, donde sus canciones eran la prédica.

Yusuf incluyó sus éxitos clásicos, como Oh very young, (Remember the days of) Old Schoolyard, Moonshadow, RubyLove y Father and son, además de temas incluidos en su último álbum de estudio, Tell 'Em I'm gone lanzado en 2014. El músico contó que había preguntado por internet qué canción querían escuchar los chilenos, y que la elegida era una que no presentaba hace tres décadas "pero no ha empeorado", y cantó How can I tell you.

El público le entregó la gaviota de oro y de plata, con la hábil mediación de los animadores, que, de manera suelta, se pusieron a hablarle en inglés y traducir para la audiencia. Carolina de Moras se cubrió los hombros y el escote para respetar la religión del cantante.

Fue una noche de historia pura en plena Quinta Vergara, timbrada hasta en la polera que el músico usó: la portada de Tea for the Tillerman, uno de sus álbumes más clásicos y memorables.

Tras el término de la presentación, y la salida de gran parte de la audiencia, se presentó el humorista Arturo Ruiz-Tagle, quien por segunda vez pisaba la Quinta Vergara. Aunque se enfrentó a pifias iniciales, al cierre de esta edición, el público reía de buena gana y le había entregado la gaviota de plata. El monstruo, en este Festival, estuvo más manso que nunca.

Se esperaba, además, la presentación de Nano Stern y la de Oscar D'León.

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