Un viaje por la carretera que se volvió símbolo de la era Uribe en Colombia
<P>En 2002, año en que Alvaro Uribe asumió la Presidencia, la vía que une Bogotá con Villavicencio era famosa por la "pesca milagrosa", los secuestros al azar por parte de las Farc. Hoy, debido a la presencia del Ejército, es una de las más seguras del país.</P>
A fines de los 90, Jaime González vivía en las afueras de Bogotá y trabajaba como taxista en la carretera que une la capital colombiana con la ciudad de Villavicencio, en el sureño departamento del Meta. En aquella época esa ruta era famosa por las "pescas milagrosas", nombre como se conoce en Colombia a los secuestros al azar por parte de los grupos armados. "Cuando escuchaba los rumores sobre ataques de la guerrilla, inmediatamente me llevaba a mi hijo a Bogotá. De hecho, en 2000 secuestraron en su finca a mi jefe, el periodista Guillermo "La Chiva" Cortés. También recuerdo el rapto del vicecónsul de España, que se lo llevaron sólo porque tenía una camioneta ostentosa", cuenta este conductor de 40 años.
Hoy, Jaime González, quien después de la liberación de "La Chiva" se transformó en su guardaespaldas, transita tranquilamente por la misma carretera, que se ha transformado en uno de los máximos "símbolos" de la era de Alvaro Uribe por su seguridad. La llamada Autopista al Llano, de 87 kilómetros, une a Bogotá con Villavicencio en casi tres horas, a través de un paisaje frondoso dominado por incontables cerros. Precisamente, desde la montaña solían bajar los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), para atacar pueblos como Chipaque, Abasticos y El Tablón. La guerrilla sólo hacía una excepción con Caquezá, porque la familia del "Mono Jojoy", uno de los jefes de las Farc, residía ahí.
"Se lo debemos a Uribe"
"Antes vivíamos con miedo. La guerrilla venía al pueblo para asaltar el Banco Nación. Mataban y hostigaban a la gente. Teníamos que cerrar a las seis de la tarde", comenta Olga Romero, de 45 años y dueña de la panadería y restaurante La Gallina Criolla, en Chipaque. "Ahora, gracias al Presidente Uribe, cerramos a las 23.00", agrega. En su momento las Farc se adueñaron de esta carretera. De hecho, fue en esta ruta donde en 1992 llevaron a cabo su primera "pesca milagrosa", con más de 300 secuestrados. Esta vía ha sido estratégica por el tránsito de camiones con combustible y el comercio de granos. Para cometer los secuestros, grupos de hasta 300 guerrilleros desviaban tractomulas (camiones), los quemaban y luego asaltaban a los vehículos que se veían obligados a detenerse.
Tras su llegada al poder en 2002, Uribe puso en marcha su plan de Seguridad Democrática y llevó al Ejército a las carreteras, arrinconando a las Farc. En sólo ocho años el número de guerrilleros pasó de 19 mil a 8.700, mientras que los secuestros cayeron de 2.282 en 2002, a 213 en 2009. "En la carretera de Bogotá a Villavicencio la gente se siente segura y los transportistas están contentos por la tranquilidad en el eje vial. Antes, la situación era muy complicada por los retenes que hacían los grupos ilegales", afirma, orgulloso, el cabo Alvaro Martínez, de 29 años y comandante de una patrulla de 35 soldados. "Llevo tres meses acá y no ha habido ninguna emergencia", sostiene otro soldado arriba de una tanqueta. Más allá, en el sector de El Tablón, Lucila Betancourt, campesina de 62 años, cuenta que "antes bajaban hasta 500 guerrilleros desde el monte, aunque a nosotros nunca nos hicieron daño. Nos decían: 'No se asuste, a usted no le pasará na', pero Uribe los sacó".
También, Guillermo Restrepo cuenta que hace años él patrullaba esta zona como soldado, hasta que conoció a una mujer con quien se casó. Entonces decidió quedarse a vivir a orillas de la carretera, donde cria perros que vende al Ejército. "Se lo debemos todo a Uribe", concluye, mientras observa un cartel en la orilla de la ruta que señala: "Viaje tranquilo, su Ejército está en la vía".
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