Una especie nueva y el dinopollo
Como el primo vegano del tiranosaurio fue calificado el Chilesaurus diegosuarezi, un terópodo que vivió en la Región de Aysén hace 148 millones de años y, a diferencia de la mayoría de los de su grupo, no era carnívoro. El primer fósil de la especie fue descubierto en 2004 por un niño de siete años, Diego Suárez (en la imagen), quien acompañaba a su padre cuando éste realizaba un recorrido para un estudio del Servicio Nacional de Geología y Minería, cerca de la localidad de Mallín Grande.
El Chilesaurus diegosuarezi fue presentado este año en la revista Nature, y no dejó de sorprender a los paleontólogos porque mezcla rasgos de los tres principales grupos en que se dividen los dinosaurios: ornitisquios (con cuernos), sauropodomorfos (de cuello largo) y terópodos (carnívoros bípedos).
"Fue el mejor año para la paleontología de Chile", dice David Rubilar, jefe de la sección en el Museo Nacional de Historia Natural. Eso no sólo por el trabajo con fósiles, también por la experimentación que en la actualidad se realiza con los últimos parientes de los dinosaurios: las aves.
El biólogo Bruno Grossi, de la Universidad de Chile, es un ejemplo. El científico lideró el equipo que este año recibió un Ig Nobel, por observar que, al adherir una cola artificial a un pollo, éste camina de forma similar a como se cree que caminaban los dinosaurios.
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