Una especie única: el cóndor pascuense

<P>Hace siete años se inició un programa para traer al continente a posibles rugbistas desde Isla de Pascua. Hoy, el más adelantado de ese grupo, Nicanor Machuca Haoi, integra la selección que jugará el Mundial Juvenil B, en Temuco. </P>




En 2007, una idea que rondaba hacía tiempo en el rugby nacional se concretaba en hechos reales. Un programa impulsado por el dirigente Gonzalo Silva y con la participación como técnico de Carlos Morandé, logró traer al continente a estudiantes de la Isla de Pascua, para que practicaran este deporte en Santiago. El supuesto era que los originarios de Rapa Nui tenían condiciones para este deporte, similares al del resto de Oceanía que convirtieron a pequeñas naciones en potencias mundiales de la ovalada. Se quería que los niños se integraran y llegaran, algún día, a ser seleccionados nacionales.

Han pasado seis años de los primeros intentos y muchos jóvenes pascuenses vinieron a estudiar a colegios británicos, se entusiasmaron y, la mayoría, se desmotivó después.

No todos.

Nicanor Machuca Haoa decidió desde un primer momento que el rugby sería la forma en que podría conocer algo más del mundo que su tierra, de 164 kilómetros cuadrados. Ha llegado a integrar varias selecciones chilenas, pero desde este fin de mes tendrá sobre sus hombros una responsabilidad mayor: aparece como titular en el equipo nacional que tomará parte del World Junior Rugby Trophy, un "Mundial B" sub 20, que se disputará en Temuco y cuyo ganador asciende a la serie A juvenil.

Machuca llegó en 2007 a primero medio del Colegio Redland. Hoy juega por Old Reds y también ha defendido a la Universidad de las Américas, donde estudia educación física. "Al principio me molestaban. Ahora... también, pero en buena onda", reconoce el jugador, segunda o tercera línea en el quince que parará el técnico Omar Turcumán.

En 2012 tomó la decisión de quedarse en Santiago. "No sé por qué soy el único que sigue o que llega a la Selección. Creo que el pascuense echa mucho de menos, porque aquí todo es muy diferente", explica.

También cuenta que su familia lo apoya en todo, "si eso es lo que quiero".

En Pascua, la especialidad es hacer remo, natación o surf. También se juega fútbol, claro, y el rugby sólo entra a través de los colegios. Machuca quiere más. "A mí me gustaría llevar esto a la isla. Quiero enriquecerme lo más posible de otros lugares para hacerlo", agrega.

Allí aparece uno de sus sueños. "Me gustaría que todo el equipo hiciera el hoko". Se refiere al grito de guerra que desarrollaron en la selección de Rapa Nui, similar al haka neozelandés.

El jugador dice quiere regresar algún día al "Ombligo del Mundo", pero también sueña con dar pasos aún más grandes. "Jugar en Europa sería un sueño, por supuesto que me iría, pero para conocer, quiero conocer lo más posible", repite. Ya estuvo en España, hace dos años, cuando fue junto a otro coterráneo, Tepito León, al Zalaeta, de La Coruña, donde jugaba Morandé.

Su hermano chico, Matías, también estuvo en Santiago, pero ya volvió a la isla. El suyo se suma a los nombres que van y vienen. El de Nicanor sigue firme.

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