Una Noche, la película sobre los balseros cubanos que escaparon en la vida real

<P>Premiada en el Festival de Tribeca, la cinta se exhibe en Sanfic y recrea la historia de tres amigos que huyen de la isla. </P>




Entre La Habana y Cayo Hueso en el estado de Florida existen 145 kilómetros de distancia. Son, en medidas anglosajonas, 90 millas de mar turquesa, aguas cálidas, tormentas tropicales y tiburones blancos. Si un balsero cubano tiene suerte puede llegar a Estados Unidos en 12 horas. Si se encuentra con dificultades promedio todo le toma dos días. Si la cosa va mal, muere en el intento, devorado por los escualos o ahogado en medio de un huracán.

A la directora británica Lucy Mulloy le tomó seis años hacer una película que transcurre sustancialmente en una noche y en esos 72 meses de trabajo conoció a varios personajes que alimentarían su historia. Tanto la nutrieron que dos de los protagonistas de la película Una noche decidieron seguir con su cuento en la vida real, superando la ficción, escapando al guion, refugiándose en Estados Unidos. Tal acontecimiento, expuesto con profusión en los medios en abril pasado, sucedió cuando a todos les tocó viajar para presentar el filme en el Festival de Cine de Tribeca en Nueva York.

La cinta se llevó los premios a Mejor Director, Mejor Fotografía y Mejor Actor, que fue compartido por Daniel Arrechaga y Javier Núñez Florián. El último de ellos no llegó a la ceremonia de premiación en Nueva York. Había hecho una parada sin retorno en Miami junto a la actriz Anailín de la Rúa de la Torre, quien también está en la cinta y es su novia en la vida real. Presentada también en el Festival de Berlín 2012 con éxito, Una noche es una de las películas destacadas que llega al Octavo Festival Sanfic, con funciones este miércoles a las 20.10 horas y el jueves a las 18.10 en la Sala 1 del Cine Hoyts La Reina. Calificado por Variety como "un largometraje punzante con trasfondo de comedia irreverente", Una noche es el más reciente caso de aquella estirpe de obras donde la vida imita al arte.

En la trama, que es en princio bastante simple, Raúl (Dariel Arrechaga) le pide a su amigo Elio (Javier Núñez Florián) que lo ayude a escaparde la isla. Elio acepta las condiciones, pero en tal empresa se lleva también a a su hermana Lila (Anailín de la Rúa de la Torre). La travesía será por lo tanto un viaje de a tres: antes, en cualquier caso, hay paisaje habanero, historias en sus calles, música de Cuba. "He pasado mucho tiempo ahí. La primera vez que fui, llegué a cambiar el pasaje cinco veces. Todo con el objetivo de quedarme más tiempo. Me encanta la complejidad del país. Lamentablemente hay dolor y alegría al mismo tiempo. Creo que es gente, en general, con un espíritu muy fuerte", dice la directora Lucy Mulloy, quien maneja un castellano con acento caribeño bastante claro y que estará en Sanfic la próxima semana.

"La ciudad tiene una luz única, que no solamente se restringe a La Habana Vieja. En la película se refleja aquello, pero también la música", explica Mulloy, que colaboró además en la banda sonora y ahora escribe el guión de una secuela. "Será una historia de amor triste", dice sobre este proyecto que pretende reclutar otra vez a Daniel Arrechaga y Anailín de la Rúa de la Torre. La actriz de 20 años está, según Mulloy, radicada actualmente en Las Vegas, junto a su novio Javier Núñez Florián. "Deben estar viendo sus papeles de residencia en Estados Unidos", comenta Mulloy sobre el caso de ambos muchachos. Por ahora se alojan en la casa de un hermano de Núñez Florián, quien trabaja en restaurantes, en la ciudad del juego, lejos del Malecón de La Habana.

"Nunca me imaginé que los chicos se iban a quedar en Estados Unidos, nunca me lo comentaron. Todo esto fue como un shock para mí", comenta Mulloy, que mientras rodaba en La Habana convivió con la realidad y el boca a boca de los que huyen. "No me gusta que la gente vea en blanco y negro a la isla. Yo, por ejemplo, puedo volver a rodar ahí y las autoridades me lo permiten. Pero por otro lado, mientras hacíamos el filme, me tocaba hablar a cada momento con personas que tenían un padre, un tío o un hijo que se estaba yendo o se había largado en balsa".

Hay un caso que ella describe con particular detalle: "Un día vino un actor a la audición y me preguntó cuándo íbamos a filmar la película. Miró la balsa que habíamos guardado en la oficina y dijo que él estaba haciendo la suya propia y que se habría marchado antes de que rodáramos la película. Nos dio consejos para hacer la balsa mejor. No le volvimos a ver y no supimos si lo logró".

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