Unico condenado por la matanza de My Lai pide perdón 41 años después

<P>El teniente William Calley habló por primera vez sobre el hecho que desató fuertes cuestionamientos en la sociedad civil acerca de la actuación de EE.UU. en Indochina.</P>




"No hay día en que no sienta remordimiento por lo que ocurrió aquel día en My Lai. Lo siento, lo siento muchísimo". A 41 años de la matanza que el Ejército estadounidense perpetró en la aldea survietnamita de My Lai, el único condenado por estos hechos, el ex teniente norteamericano William Calley, pidió perdón por la trágica operación militar que provocó la muerte de 504 civiles y, de paso, generó un cuestionamiento en la sociedad civil norteamericana acerca de la intervención militar de su país en Indochina.

Durante décadas, el ex uniformado -condenado a cadena perpetua en 1971 por haber ordenado el ataque a My Lai e indultado en 1974- rechazó varias entrevistas para hablar sobre estos sucesos. Sin embargo, esta semana fue invitado por el veterano periodista Al Flemming al Club Kiwani de Columbus, en el estado de Georgia. Allí, Calley expresó su desazón por lo ocurrido cuando era teniente. "Siento remordimiento por los vietnamitas que murieron, por sus familias, por los soldados norteamericanos y sus familias", afirmó ante un grupo de 200 personas. Su pedido de perdón se conoció gracias al blog de uno de los presentes, el periodista Dick McMichael, quien, con consentimiento de Calley, subió ayer la información a la red. "Yo era un teniente que recibía órdenes de su comandante y las cumplí, estúpidamente creo", expuso Calley, quien, tras ser liberado, trabajó en la joyería de la familia de su esposa y nunca renegó de su participación en My Lai.

A pocos kilómetros del lugar donde Calley realizó su pedido de perdón, se emplaza la base de Fort Benning, escenario del juicio que en 1971 el Ejército de EE.UU. realizó contra los soldados involucrados en la masacre que, supuestamente, buscaban vengar un ataque vietnamita que dejó un soldado muerto y a otro con ceguera.

En el juicio, Calley no negó su intervención, pero siempre afirmó que cumplió órdenes. Su superior, el capitán Ernest Medina, quien sí negó su participación, fue absuelto y Calley fue condenado a cadena perpetua. Tras cumplir tres años de arresto domiciliario, el Presidente Richard Nixon lo indultó.

Disculpas tardías

En Vietnam, uno de los pocos sobrevivientes de My Lai, Pham Thanh Cong, director de un pequeño museo que recuerda la matanza, consideró que las disculpas llegan tarde. "Hubiera preferido que me enviara una carta. Me gustaría que volviera y vea las cosas que hay aquí", señaló Cong, quien fue testigo del asesinato de su madre y sus dos hermanos.

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