Viaje hacia el interior: Ases Falsos regresa con su trabajo más introspectivo
<P>El martes y por 24 horas, el grupo liberará su nuevo disco, <I>Conducción</I>, para descarga gratuita.</P>
"La fuerza de una idea no se mide en decibeles", canta Cristóbal Briceño, vocalista, compositor y fundador de los Ases Falsos, ya cerrando la primera mitad del nuevo álbum con la canción Búscate un lugar para ensayar. Es una de las tantas aseveraciones que se escuchan durante las 14 canciones del disco ("reconozco que tengo una debilidad por los aforismos", comenta el autor), que retrata, además, el argumento general que subyace en su música más reciente: "Es un esfuerzo deliberado por irse más hacia adentro. Conducción vendría siendo el negativo de Juventud americana (2012). Es la dinámica de exprimir, torcer de un lado a otro para que salga el jugo".
Tras casi dos años de exprimir -y un último par de meses "traumático, con régimen de grabación tipo Guantánamo", comenta Briceño-, Conducción ya está listo, después de ser masterizado en Nueva York por Joe Lambert, el ingeniero detrás de trabajos para Kanye West, The National y Animal Collective. El disco estará disponible para descarga gratuita durante 24 horas este martes, desde las 00.00 horas en su sitio web. El lanzamiento en vivo será el 3 de agosto, en el Teatro La Cúpula del Parque O'Higgins, con las entradas a la venta vía Puntoticket.
Desde los primeros arpegios de Mantén la conducción (la canción que abre el disco) y hasta sus últimos segundos en Una estrella que se mueve, lo nuevo de Ases Falsos va construyendo un relato casi circular. "Siempre fue la intención, pero es duro tratar de mantener las piezas unidas. La vida se opone y hay que hacer malabares", comenta el cantante del grupo, completado por Simón Sánchez, Martín del Real, Francisco Rojas y Juan Pablo Garín.
Porque mientras Plácidamente -la tercera canción- promueve una escucha tranquila, letras reposadas ("estoy de acuerdo con la duración de los días", canta Briceño) y un colchón de teclados y bajos de aires soul, ahí entra un solo de saxo a poner una nota de ruptura, anacrónica, y algo del aire melodramático que ya se escuchaba en el primer single, Simetría. "Sí, seguimos con la mala costumbre de creer que somos negros", explica.
Ese sonido, el del pop instrumental de filo sintético y declaraciones románticas, se desenvuelve en el falsete con que canta en Cae la cortina, o en los arreglos de cuerdas espaciosos de Niña por favor. El saxo de Ignacio Isla vuelve a soplar en varios pasajes, como en Mi ejército, donde reaparece la inclinación por los personajes: Ernesto "Che" Guevara en esa canción; Osama bin Laden en Tora Bora. Esta vez, las referencias de actualidad -muy presentes en canciones pasadas como Fuerza especial- quedaron concentradas en Yo no quiero volver, tema número 12 en la lista, que pasa lista a empresarios, medios o los 77 de Chacarillas. "Ahí ya era necesario dar nombres, qué diablos", relata el cantante.
Briceño, en paralelo, engrosará su cancionero, con dos trabajos en la puerta del horno: su primer disco solista y uno junto a su dúo Niágara. Ninguno tiene fecha, ni menos "planes de hacer algo tan ostentoso como el lanzamiento de Conducción". Eso, porque a tres años de su bautizo como Ases Falsos, Briceño considera que es el único frente que se lleva este tipo de fanfarria: "Es mi fuente monetaria, pero no tengo idea de qué va a pasar con este disco. Sabemos que a nuestra gente le va a gustar y que podemos girar un año tranquilos. En el fondo, es reconfortante saber que pasamos piola para todos esos artículos sobre el pop chileno que publica, por ejemplo, El País. Significa que nunca estuvimos de moda y, por lo tanto, nunca dejaremos de estarlo. Cuando la ola caiga, uno está en la orilla".
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