Vicente Caruz,presidente de la Sociedad Norte Sur:"El patrimonio de la universidad no se afectaría"

<P>Habla, por primera vez, el líder del grupo que pretende ingresar a la propiedad de la U. Central.</P>




La Universidad Central ha estado en el ojo del huracán por quinta semana. Los estudiantes y académicos se movilizaron con tomas y marchas, a la espera de que la División de Educación Superior del Mineduc tome razón del cambio de estatutos. El motivo: el ingreso a la propiedad de la Sociedad de Inversiones Norte Sur, ex propietaria del Banco del Desarrollo. Su interés por el rubro de la educación no es nuevo: fue copropietaria de la Universidad de Viña del Mar hasta que vendió su parte a Laureate International Universities y hoy, entre sus proyectos agrícolas y de salud, es dueña del 50% de 12 establecimientos subvencionados. Entre éstos, los colegios Aconcagua, de Quillota. Su presidente, Vicente Caruz, por primera vez habla de sus planes para la Universidad Central y de los temores de los estudiantes.

Se ha señalado que están comprando la U. Central.

Ello no es así. Es una alianza estratégica para el desarrollo a futuro de la universidad. ¿Qué desarrollo? El que ellos mismos acordaron en su plan estratégico 2010-2020. A nosotros, como a otros, nos invitaron a participar en ese diseño.

¿Cuáles fueron los otros participantes?

Sé que hubo cuatro opciones, pero no sé cuáles.

Ustedes tendrían participación en la junta directiva, con voz y voto.

Sí, tendríamos derecho a tener tres de seis representantes.

¿Eso no implica una venta?

No. Las universidades son corporaciones privadas sin fines de lucro. Entonces, el concepto es muy distinto de cuando ingresamos, por ejemplo, a una sociedad agrícola, donde hay mayorías o minorías. Acá hubo una invitación a convertirnos en socios de un plan estratégico. Y nos interesa participar de una instancia donde se toman las decisiones más globales, pero la universidad es administrada por su rector.

Pero como Ud. dice, es una corporación sin fines de lucro y se deben reinvertir todas las utilidades. ¿Cuál será su retribución?

No tendremos retribución por excedentes. Para nosotros, participar en la universidad es una decisión estratégica, porque tiene sinergias con lo que nosotros hacemos. Nos interesa, por ejemplo, desarrollar la educación superior técnica o la relación entre la investigación universitaria y las empresas.

¿Compraron el 45% de los inmuebles?

No. Si no entramos todavía a la universidad.

¿Los comprarán?

No. Este es un proceso formal que se ha llevado a cabo con condiciones. Ellos buscaban un socio con ciertos criterios de selección: que compartiera sus principios, que no les significara perder el control y con el que no haya pérdida patrimonial. El patrimonio de la universidad no se afectaría.

¿Cómo lo garantizarán?

Se puede garantizar de muchas maneras, pero la opinión de los académicos de la universidad pesará el 50% y para vender patrimonio se requiere mayoría y muchas veces quórum especial. Los académicos se organizaron en una sociedad, donde está el 87% del total de docentes, y ellos también decidieron que lo que reciban, lo aportarán a la universidad. Acá no hay salidas de recursos.

Pero ustedes están invirtiendo por algo. ¿Cuál será su retorno?

Esto se ha mirado erróneamente como una inversión tradicional. A nosotros nos interesa la valorización de largo plazo. Si en 10 años, la universidad duplica su valor, porque hay más investigación, hay alianzas con empresas, habremos aumentado la utilidad sin sacar plata, porque el activo se ha valorizado. Lo mismo ha pasado con nuestras otras empresas: lo que más nos importa es cuánto valgan.

¿Cómo explica la oposición de los estudiantes?

La universidad ha hecho un cambio muy grande: en su estructura organizacional y en un plan estratégico a largo plazo. Es lógico que estos cambios tengan una fuerte discusión y que no haya unanimidad. Además, ha habido informaciones no del todo correctas que han confundido y han llevado la discusión al proceso y no al fondo del asunto. De Norte Sur, por lo que he leído, hay una pésima opinión. No se conoce lo que hemos hecho, ni nuestra vocación por ser una empresa con rentabilidad económica y social.

¿Qué les diría a los alumnos y académicos?

Que la universidad no ha cambiado de estatus ni lo hará. Es una corporación sin fines de lucro y los excedentes no se pueden retirar. Lo segundo es que compartimos plenamente el proyecto universitario: el estatuto nuevo tiene casi las mismas declaraciones originales. Tercero: las organizaciones tienen que crear sus segundas y terceras curvas de desarrollo para adaptarse a los cambios. La universidad ha hecho muy bien, desde 2008, estudiando su plan estratégico. Todos los proyectos que están ahí estipulados apuntan a valorizar los títulos académicos, aumentar la calidad académica, etc. Y todo ello, sólo beneficia a los estudiantes.

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