Vida y muerte en el Nilo: 400 obras egipcias aterrizan en Chile

<P><I>Desde el 20 de abril, el Centro Cultural La Moneda y Banco Santander presentan una inédita exposición que reúne joyas, papiros, cerámicas, frisos y sarcófagos originales de hasta 3 mil años de antigüedad. Perteneciente al Neues Museum de Berlín, es una de las colecciones de arte egipcio más valiosas del mundo. </I></P>




La fascinación que despierta el arte egipcio puede remontarse a muchos siglos atrás, con familias como la Médici interesada en adquirir objetos como amuletos, joyas y vasos canopo, con la finalidad de aumentar su acervo cultural. Sin embargo, fue en el siglo XIX cuando museos de todo el mundo se viero nutridos por objetos traídos desde Egipto a partir de la ocupación que hizo Napoleón Bonaparte del territorio. Influyó también la figura del pachá Mehmet Alí, gobernador egipcio que mantuvo fluidas relaciones con diplomáticos extranjeros a quienes regaló una buena cantidad de objetos egipcios: Carlos X de Francia y Carlos Felice de Saboya, de Italia, fueron algunos de los privilegiados.

A ello se sumó el trabajo de Jean-Francois Champollion, quien en 1822 descifró parte de los jeroglifos de la Piedra Roseta y revolucionó al mundo científico, iniciando la Egiptología y promoviendo aún más las excavaciones arqueológicas en Egipto.

Hoy, gran parte del patrimonio de ese pueblo, nacido a orillas del río Nilo, se encuentra en museos europeos. Tres de las colecciones más importantes son la del British Museum en Londres, donde se exhibe la Piedra Roseta, el Museo Egizio de Turín en Italia, con un acervo que se remonta al 1630 y donde destaca un retrato de Amenofis I, y el Neues Museum de Berlín, que posee más de 45 mil obras del antigüo Egipto y cuya su pieza estrella es por lejos el busto de Nefertiti. Desde el 20 de abril una parte representativa de este último acervo se exhibirá por primera vez en Chile en la exposición Antigüo Egipto: Vida en el Nilo.

Serán alrededor de 400 piezas originales que llegarán al Centro Cultural La Moneda (CCPLM), pertenecientes al Museo Egipcio y la colección de papiros que desde 2009 alberga el Neues Museum, ubicado en la Isla de los Museos de Berlín, donde también está el Museo Pérgamo, el Altes Museo y el Museo Bode.

"Es un privilegio poder trabajar con el estándar alemán. Conocí la institución cuando hicimos la exposición de Africa en 2013, en la que trabajamos con el Museo Etnológico de Berlín, y hace dos años comenzamos el contacto directo para traer esta muestra. Son muy disciplinados y exigentes, pero al momento de estar seguros de que nuestra infraestructura cumplía con sus requisitos, todo ha sido muy fácil", cuenta Alejandra Serrano, directora del CCPLM.

Los costos de la muestra están cercanos a los 700 mil euros; sin embargo, la colección es verdaderamente invaluable: son piezas de hasta 3 mil años de antigüedad, entre las que se cuentan cerámicas, joyas, frisos, papiros, estatuas y sarcófagos originales que reflejan diferentes facetas de la vida en Egipto, que se desarrolló entre el el 3.000 a.C, con la invención de la escritura, hasta el final de la era romana, en el año 395 d.C.

La muestra, que se extenderá hasta agosto, llega gracias al auspicio de Banco Santander, a través de la Ley de Donaciones Culturales, que por tercera vez trabaja en conjunto con el centro cultural: en 2008 presentó la muestra Frida y Diego: vidas compartidas, y en 2010 auspició La antigua China y el ejército de Terracota. "Nos interesó esta muestra por la importancia de la institución a la que pertenecen las obras y porque dentro de nuestro foco está apoyar actividades culturales que no sean sólo para la elite. Este centro cultural tiene una vocación masiva, abierta y educativa que se alinea con nuestra propia mirada de la cultura", explica Gema Swinburn, gerente de Relaciones Institucionales de Banco Santander.

Dividida en las dos grandes salas del centro cultural, las 400 piezas de la muestra se exhiben en torno a diferentes temas que caracterizaron la vida y también la muerte a orillas del río Nilo. Escenas de la vida de campesinos, funcionarios y artesanos, el tiempo libre, la esfera privada y el arte de la escritura se mezclan con los rituales religiosos sobre la vida después de la muerte y la prodigiosa arquitectura funeraria que desarrollaron.

La antigua mitología egipcia afirmaba que el mundo estaba en su origen regido por dioses, quienes tempranamente elegían a un faraón para que gobernara en lugar de ellos y quien tenía hacía de puente de comunicación directa entre los humanos y los dioses. Por eso debía encargarse de la construcción y mantención de los templos, la correcta ejecución de los rituales y el nombramiento de sacerdotes que acturan en su nombre. En esos años la vida era corta, pero los egipcios estaban seguros de que tras la muerte les esperaba la vida eterna. Prueba de esa creencias, se exhiben en la muestra una serie de pequeñas figuras momiformes llamadas Ushebtis, que se depositaban en las tumbas y que en el más allá les servirían como sirvientes al difunto.

También hay estatuas de diferentes dioses, como Hapi, que representaba al río Nilo. Con forma de hombre y órganos sexuales masculinos y femeninos, Hapi era responsable de las inundaciones del Nilo, que debía surtir los campos de agua para su cultivo. En torno a la escritura, viene a Chile un papiro de más de cuatro metros de largo, sacado del Libro de los muertos, el que tenía más de 250 versos e ilustraciones diseñadas para ayudar a los difuntos a navegar hacia el más allá. Específicamente éste pertenece a una mujer, Ta-remetsh-en-Bastet, datado alrededor del 320 a.C.

Por seguridad, las piezas viajarán a Chile en diferentes aviones, custodiadas por encargados del propio museo berlinés y a partir del 6 de abril comenzará el montaje en salas. "Como siempre, se está trabajando en una puesta en escena especial para exhibir los objetos, con guiños gráficos al paisaje de Egipto, el desierto, el río, las montañas y pirámides. Desde el museo de Berlín no estaban convencidos, ellos preferían que las piezas se mostrarán tal como se exhiben allá, en vitrinas simples, con una austeridad total que no le quitara protagonismo a las piezas. Sin embargo, nosotros insistimos en un diseño más dramático. Es importante crear una atmósfera atractiva, que invite al público a acercarse", cuenta Alejandra Serrano. Además, durante los cinco meses de exposición, habrá actividades complementarias como conferencias, talleres para niños y jóvenes, ciclos de cine y visitas guiadas en torno al mundo egipcio.

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