Vincent Delieuvin: "La Mona Lisa parece una muerta, está desapareciendo poco a poco"

<P>Experto en pintura italiana del siglo XVI, dice que la obra de Leonardo da Vinci está sin colores y necesita ser restaurada. </P>




Hace muchas, demasiadas décadas que retumba entre las paredes del Louvre uno de los debates más apasionantes del mundo del arte: el que enfrenta a partidarios y detractores de restaurar la Mona Lisa, de Leonardo da Vinci. Dos escuelas de pensamiento, dos filosofías enfrentadas y el inevitable factor de conveniencia o inconveniencia por razones de marketing, chocan cuando está en juego el futuro del retrato más famoso del mundo. ¿Hay que seguir contemplando a esa Mona Lisa misteriosa y evanescente que cantaron los poetas románticos y los hacedores de leyendas y que sigue siendo admirada cada día por 20 mil visitantes, o es preciso una operación urgente a corazón abierto para sacar los colores a una enferma que corre peligro?

Si así fuera, la dirección del Louvre tendría que acometer otra misión realmente heroica: sustituir todo el merchandising de una de las imágenes más representadas y reproducidas del mundo, en feroz competencia con el Che Guevara. "Es verdad que en lo que toca a la Mona Lisa vivimos en medio de dos lógicas enfrentadas", dice Vincent Delieuvin, responsable del departamento de pintura italiana del XVI en el Louvre. Pero acto seguido, advierte: "La Mona Lisa, hoy, parece una muerta, es una pintura que está desapareciendo poco a poco, y si no se hace algo, la enferma empeorará".

La presencia en una exposición actual del Louvre de la llamada Mona Lisa del Prado, una copia restaurada en los talleres de la pinacoteca madrileña, añade aún más argumentos: "La gente ve esa Mona Lisa española en el Louvre, tan limpia, y se queda boquiabierta, casi le parece un cuadro pop, y claro, piensan lo que puede tener el original debajo de esa capa de suciedad', explica Delieuvin. A sus 35 años, es un cualificado experto en la obra de Leonardo. No en vano fue él quien coordinó la restauración de otra de sus obras cumbres: Santa Ana con la Virgen y el Niño.

"Si restauráramos la Mona Lisa haríamos exactamente lo mismo que con la Santa Ana. El mismo método, el mismo proceso".

Pero ¿la restaurarán o no?

Mmm... ahora mismo no hay planes para eso.

¿Cree usted que es necesario hacerlo?

Absolutamente.

¿Por qué?

Porque la pintura de Leonardo da Vinci es una pintura llena de vida y ahora mismo, cuando vemos la Mona Lisa parece que estamos viendo a una muerta. Está grisácea, sin colores. Y la pintura de Da Vinci no es así. En las catas que hemos efectuado en las zonas menos afectadas del cuadro ya hemos podido comprobar que los colores maravillosos de Leonardo están ahí: el azul del cielo, el rosa... Si Ud. ve la Mona Lisa en su estado actual y luego ve cómo ha quedado Santa Ana, caerá en la cuenta de lo que digo.

Así es que, tarde o temprano, se limpiará y se restaurará.

Ahora mismo no hay planes, aunque la restauración de una deja claro que la de la otra es perfectamente posible.

Y al conservador de pintura italiana del XVI en el Louvre le gustaría...

Evidentemente. Es un sueño. Pero de todas formas, se encuentra en permanente estado de vigilancia intensiva.

¿Y en qué consiste la UCI de la pintura más famosa del mundo?

Hay un dispositivo de conservación extremo, que alerta sobre la más mínima alteración.

El último chequeo intensivo se le practicó en 2004, ¿verdad?

En 2004, cuando se instaló en su nuevo emplazamiento (la Sala de los Estados Generales) se le hizo un chequeo intensivo, es cierto; pero con posterioridad, en 2009, se le practicó una nueva reflectografía y otras pruebas.

¿Con qué resultado?

Que la Mona Lisa tiene síntomas de fatiga.

Para Vincent Delieuvin, "la decisión de restaurar no obedece siempre a una verdadera necesidad de restauración. Como le ocurría a Santa Ana, donde se estaban produciendo pequeños desprendimientos de pintura".

¿Y en La Mona Lisa?

Una cosa está clara: cuanto más tiempo pase, peor se verá el cuadro. Hay partes que ya casi no se aprecian. Y dentro de cinco años se apreciarán menos. O aceptamos que al final tendremos una especie de pintura contemporánea toda negra, y aceptamos que no se verá nada, o estaremos obligados a intervenir. Los barnices hacen como una pantalla, el aspecto tridimensional del que la dotó Leonardo ha desaparecido. Es un cuadro que está desapareciendo... la parte inferior está prácticamente invisible...

Para el experto, el panorama es poco alentador: "Y la enferma empeorará. Y eso que hacemos trampa, porque la Mona Lisa es la única obra del Louvre que goza de una iluminación específica... hay una instalación especial de luz alrededor de ella que contrarresta los efectos de oscuridad de los barnices. Sin esa luz especial, la pintura es mucho más oscura todavía. Aparte de que tiene una fisura bastante grande en la cabeza, provocada por el envejecimiento de los barnices, que acaban estratificándose. Y ahí ya tuvimos que intervenir, claro. Pero hay peligro de levantamiento de materia pictórica".

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