Vivir la discapacidad en Rapa Nui
<P>En Isla de Pascua no hay un centro de rehabilitación. Hay que viajar a Santiago para atenderse, con el alto costo que ello implica. María Magdalena Ika Nahoe sabe bien de qué se trata.</P>
María Magdalena Ika Nahoe (63) le encantaría recorrer la isla como lo hacía años atrás, cuando no debía andar con bastones para movilizarse a cualquier lugar.
"Me da pena no poder llegar a otros lugares ahora. No bañarme en el mar, porque mis rodillas están muy débiles y con la fuerza de éste, ni siquiera las muletas pueden sostenerme. También es una pena que no pueda ir a tantos otros lugares preciosos: los volcanes, los ahu, los bosques, las cuevas, porque con todo lleno de piedras, es imposible para un discapacitado moverse para allá", afirma María Magdalena, con mirada triste y ojos llorosos.
Malena, como la conocen todos, estuvo casada 34 años y hace 11 que es viuda. Tiene seis hijos, cinco hombres y una mujer, por lo que en su hogar siempre estuvo bien acompañada.
Hoy, cuenta con alegría que tiene nietos y bisnietos con los que puede disfrutar sólo en actividades donde ella no se tenga que desplazar, ya que su discapacidad le impide "jugar libremente en el patio o sacarlos a pasear a alguno de los lugares entretenidos de la isla".
En Isla de Pascua existen dos organizaciones de discapacitados "Mata Amu'a" ("Vamos para adelante") y "Ka'Aha Ra ia" (¿Por qué nosotros estamos así?"). En la primera participan aproximadamente 30 personas entre discapacitados y sus familiares; a la segunda asisten alrededor de 50 personas, entre ellas, María Magdalena. Se reúnen para conversar sobre cómo poder ser un aporte para la comunidad y de qué manera se pueden integrar de mejor manera a la sociedad.
También han realizado recientemente una rifa y un bingo, para reunir fondos para sus distintas necesidades, considerando que por la distancia con el continente se hace aún más costoso cualquier tratamiento o implemento que deban adquirir. En Rapa Nui no funciona un centro de rehabilitación y, por lo tanto, ante cualquier necesidad, se debe viajar a Santiago.
El alto costo se mantiene, incluso, en el caso de atenderse en la Teletón, debido a que deben, por ejemplo, financiar la estadía en Santiago y el viaje de ida y regreso.
La discapacidad que aqueja a María Magdalena hace cinco años es una miartrosis en las rodillas. En un principio utilizaba un "toko toko", un bastón de madera antiguo, que generalmente tiene una cabeza labrada en su parte superior. "Lo tenía que usar para poder caminar y no tropezarme y caer, pero después que estuve 15 días hospitalizada, porque la sangre no circula bien y se me hinchan las piernas, al salir del hospital empecé a usar los dos bastones que son más firmes", cuenta Malena, mientras levanta una de las muletas y los turistas que pasan a su alrededor la observan.
Recién a mediados de febrero de este año se concretó una serie de temas que se encontraban en trámite con los discapacitados en Rapa Nui: atención preferencial en el Hospital Hanga Roa, prioridad en la atención de cinco casos urgentes de discapacitados que requieren anestesia especial para su tratamiento dental, y la gestión de prótesis para los casos más graves.
El comisionado presidencial para Isla de Pascua, Carlos Llancaqueo, asegura que "ha sido inmensamente gratificante conocer la realidad de los discapacitados de la isla, conocer cómo, a pesar de las limitaciones geográficas, del entorno y del medio, ellos siguen trabajando para demostrarles a los demás que son capaces y que tienen la energía suficiente para seguir. Queremos contribuir con ello".
Llancaqueo explica que con ese objetivo "nos hemos reunido en dos oportunidades con la directora nacional de Senadis, Ximena Rivas, a fin de pedir formalmente que conozcan la isla, con la idea de recabar toda la información que necesitan y así concretar importantes acciones, que se traducirán en políticas públicas de rehabilitación".
Hace menos de un año que María Magdalena jubiló en el Hospital Hanga Roa, donde se desempeñó como cocinera por más de 32 años. Estuvo un par de meses en su casa, pero se dio cuenta de que a pesar de su discapacidad, se sentía con las fuerzas y ganas de seguir haciendo algo.
Fue entonces que se propuso fabricar artesanía. En un principio las hacía sólo en su hogar. Luego, su hijo mayor comenzó a ayudarla con la confección de moai de mayor tamaño. Fue así que desde diciembre del año pasado gestionó tener un puesto en la feria artesanal de la calle principal de Hanga Roa, Atamu Tekena, donde hoy vende moai, llaveros, aros, collares y pulseras de conchitas, pinches para el pelo con diseños típicos de la isla y otros accesorios.
También, el director nacional de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), Jorge Retamal, ha viajado, en dos oportunidades, para escuchar las peticiones. En su última visita le comunicó a la agrupación "Ka'Aha Ra ia" que recibirían un aporte de $ 2 millones para equipar su sede social y así emprender, a pesar de su impedimento físico, algún tipo de trabajo, también orientado a mantener viva su cultura y tradiciones.
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