Vocación por lo público: la generación de recambio de la arquitectura chilena

<P>Son menores de 40 que miran con distancia el éxito internacional de sus predecesores.</P>




La idea de que en la última década un grupo de chilenos ha logrado situarse en la primera fila de la arquitectura mundial pasó de ser un rumor de revista especializada a convertirse en un hecho consignado por diarios internacionales como Financial Times, The Guardian y The New York Times, que han escrito más de una vez de la obra de arquitectos como Mathias Klotz, Alejandro Aravena, Smiljan Radic o la dupla de Mauricio Pezo y Sofía Ellrichhausen. La pregunta sobre si el fenómeno abarca a toda la disciplina local o estamos frente a figuras de excepción ha cambiado a quiénes son hoy los jóvenes herederos de esta exitosa generación. No es tan difícil dar con ellos.

Están bajo los 40 años y con sus propias oficinas postulan a todos los concursos públicos que pueden para dejar su arquitectura plasmada en la ciudad. Tienen en común otra cosa: aunque admiran el trabajo de sus predecesores, la mayoría toma distancia de esa exposición mediática. Así piensa Christian Yutronic (36), quien junto a Sebastián Barahona tienen la oficina Lateral, ganadora en 2007 del diseño para el edificio del Centro Gabriela Mistral (GAM), que es hoy su obra más emblemática. "La generación anterior nos influenció mucho, pero son personas que brillan solas, no hay una escuela detrás de ellos. Nuestra generación está enfocada en lo público, es más comprometida y menos personalista", dice Yutronic. Así, Lateral ganó el diseño para la Central Hidroeléctrica La Higuera, el Estadio de Copiapó y el de la nueva Fiscalía Nacional en Santiago.

"Optar por lo público es un camino difícil. Es peor pagado, tienes menos libertad, con una contraparte muy exigente y una burocracia implícita que a veces hace demorar los proyectos, pero creo que hemos entendido que a pesar de todo la arquitectura importante y que queda es la pública", agrega Yutronic.

Lo mismo pasa con la dupla de Rodrigo Pedraza (38) y Diego Aguiló (38), quienes se acaban de adjudicar el diseño del nuevo edificio del Museo Histórico Nacional. También tuvieron a cargo la reconstrucción del Liceo Claudina Urrutia en Cauquenes y ahora trabajan en las sedes del Inacap en Chillán, Talca y Temuco. "Aunque sea un encargo, la visión pública está, porque tenemos claro que un edificio siempre es un pedazo de ciudad y luego un lugar que se habita", dice Pedraza.

Si bien los arquitectos de moda se hicieron conocidos por casas de fin de semana, algunos también han tomado desafíos públicos: Radic acaba de inaugurar la nueva sala del Museo Precolombino y Aravena es fundador de Elemental, que desarrolla proyectos de espacio público y viviendas sociales.

"Todos nos hemos abierto a las licitaciones públicas, en ese sentido creo que la deuda es de los privados y las inmobiliarias que no han querido abrir sus proyectos a concurso", dice Max Núñez (38), uno de los más talentosos de su generación. Es el más joven del proyecto Ocho al Cubo, que reúne a arquitectos locales y japoneses diseñar para casas originales en Marbella , y trabaja en el nuevo Museo Regional de Copiapó y en el edificio de arte del Colegio Grange.

La lista de arquitectos jóvenes que están dejando su huella en la ciudad es amplia: está la dupla de Arturo Lyon y Alejandra Bosch, Andrés Mas y Cristóbal Fernández o Nicolás Valdés y Constanza Hagemann, de oficina Panorama.

Entre los más jóvenes destaca Guillermo Hevia (27) y Nicolás Urzúa (27), quienes a los 24 años ya habían diseñado y construido el Colegio Alianza Francesa Jean Mermoz en Curicó, único proyecto local seleccionado para la Bienal Iberoamericana que se realizará en Argentina. Además, obtuvieron el segundo lugar en el concurso para el Museo Histórico. "Ser parte de una generación nos parece un poco artificioso. Nos preocupa montar una oficina sustentable más que cosechar algún tipo de éxito prematuro", dice Hevia. "La oportunidad para la gente joven existe, asociándose en ciertos casos a gente de mayor experiencia. No sólo hay que valorar a los arquitectos de moda ahora, también hay que mirar a los que están sobre los 60".

La arquitectura no sólo consiste en levantar edificios. Hay muchos profesionales que se mueven en el área de la investigación como Marcelo Sarovic y Jeannette Plaut de editorial Constructo o Pedro Alonso (39), quien junto al diseñador Hugo Palmarola (37) ganó el León de Plata en la última Bienal de Venecia. El premio, que por primera vez recae en Chile, fue por su estudio sobre el sistema de construcción soviético con paneles de hormigón KPD instalado en el país en 1972. "Nuestro trabajo no tiene que ver con la autoría. Nos interesa generar conocimiento y reflexión. Por lo mismo, más que en encajar como generación en estereotipos gastados, lo que buscamos es aportar nuevas ideas para no repetir esquemas", resume Alonso.

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