¿Volvería a casarse con la misma persona? El 73% de los chilenos sí lo haría

<P>Admiten dificultades y aspectos que no les gustan del otro. Pero, incluso sobre el promedio mundial, los chilenos están conformes con lo que eligieron. Eso, pese a que el 42% de las mujeres dijo que su marido resultó peor de lo que esperaba.</P>




"Contigo pan y cebolla", dice el refrán popular y "hasta que la muerte los separe" es lo que escuchan las parejas que deciden casarse frente a un altar. Y, al parecer, esto le hace perfecto sentido a la mayoría. Porque a pesar de que el número de divorcios aumenta cada año y de que cada vez más parejas deciden convivir y no casarse, las que sí lo hacen, al menos, están mayoritariamente convencidas de que lo hicieron con la persona indicada y no sienten que debieran cambiar, ni siquiera en la imaginación, su decisión.

Así lo asegura una encuesta realizada en conjunto por La Tercera y la Universidad Mayor, que le dio la oportunidad a los chilenos de ponerse en el plano hipotético de decidir qué harían si después de más de cinco años de matrimonio, pudieran volver a elegir con quién casarse. La mayoría, un 73,6% de los encuestados, dijo que se casaría nuevamente con su actual marido o mujer, mientras que sólo un 10,5% cambiaría de pareja si pudiera.

Cifras que superan el promedio mundial. Según una encuesta aplicada el año pasado a matrimonios de 15 países, entre los que se encontraban China, Alemania, España y Brasil, sólo 68% de los encuestados volvería a casarse con la misma persona.

Por supuesto, se trata de matrimonios felices, que ya han encontrado la forma de sobrellevar los pequeños conflictos y que, en opinión del sicólogo y director docente de la U. Mayor, Marcelo Bustos, ya son estables y lo más probable es que perduren en el tiempo. Pero esa no es toda la explicación. Renay P. Cleary, directora de investigación del Centro de Investigación en Relaciones (EE.UU.), fundado por el experto en temas de pareja, John Gottman, asegura a este diario que hay un mecanismo de defensa que opera tras estos resultados. La sicóloga familiar plantea que siempre hay un margen en el que tratamos, inevitablemente, de eliminar la "disonancia cognitiva" de nuestras vidas, es decir, aquella incomodidad que ocurre cuando "las circunstancias actuales no están en línea con la identidad de cada persona". Relacionado a esto, asegura, ocurre otro fenómeno, conocido como "disonancia post decisión", donde, después de tomar una resolución, la persona tiende a estar de acuerdo con que lo que se decidió fue lo correcto. "Esto podría explicar por qué la mayoría de los individuos casados dice que se casaría de nuevo con la misma persona", dice, aun si tuviera la posibilidad hipotética de cambiar de decisión.

En esta buena convivencia pesan cuestiones importantes, como sentirse apoyado por la pareja, algo que dice sentir el 83,3% de las mujeres y un 57,1% de los hombres. O quizás sentir que se ha elegido a la persona correcta: un 42% de los encuestados declara que su pareja resultó ser exactamente como pensaba que sería, mientras que un sorprendente 47,3% asegura que su pareja resultó ser aun mejor de lo que creía. Sin embargo, aquí hay una gran diferencia entre hombres y mujeres: ningún varón manifestó que su pareja resultó peor de lo que pensó antes de casarse, una cifra que llega al 41,6% en el caso de las mujeres.

Según Marcelo Bustos, esto se debe a que "los hombres son más simples, buscan menos cosas en la relación de pareja; básicamente, buscan alguien con quien estar. A la vez, son más impulsivos en la toma de decisiones, y si no les gusta algo de la persona con la que están, tienden a terminar la relación, a diferencia de las mujeres, que "tienden a ser más conservadoras y toleran más cosas, como el desorden". Es por eso, asegura el sicólogo, que en esta misma encuesta un 50% de las mujeres cambiaría los hábitos cotidianos de sus maridos, versus el 0% de los varones: los hombres a los que no les gustan los hábitos de sus parejas, dice Bustos, o los que consideraron que sus parejas habían resultado peor de lo que creyeron, ya se han divorciado.

Por otro lado, están los que viven el descontento cotidianamente, por razones muy diferentes en el caso de los hombres y de las mujeres.

Por ejemplo, un 85,7% de los hombres no cambiaría nada de su actual pareja, mientras que sólo un 25% de las mujeres se siente así de satisfecha con los rasgos de su marido. A la vez, ninguno de ellos cambiaría la forma de ver la vida de su mujer, mientras que un 25% de las esposas preferiría este cambio en sus maridos. Otros son los aspectos que cobran importancia para ellos: ninguna mujer cambiaría el aspecto físico de su pareja, pero un 14,2% de ellos sí le haría algún "arreglito" a su mujer. Estos números, bajos incluso en el caso de los hombres, se explican, según Bustos, porque "no nos casamos con quienes conocemos en la discoteque. Nos casamos con quien conocemos y nos parece confiable. Si la decisión es tener un encuentro sexual con alguien, lo que más importa es el aspecto físico, pero en terminos interaccionales sociales, eso se eclipsa en poco tiempo, incluso unas horas después de conocer a alguien".

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