Wal-Mart e Ibáñez enfrentan nuevo impasse por ajustes contables en D&S
<P>En el último directorio de la compañía, Felipe y Nicolás Ibáñez no aprobaron el balance 2009. Esto, luego que Wal-Mart imputara un ajuste de US$ 50 millones a resultados acumulados al 2008 de D&S, cuando la firma era controlada por el grupo chileno. Los auditores de la firma también objetaron dicho cargo. La disputa podría terminar en un arbitraje.</P>
El 26 de febrero pasado, un día antes del terremoto, el directorio de D&S se reunió para aprobar los estados financieros 2009 de la compañía. Pero, en un hecho inédito, los directores Felipe y Nicolás Ibáñez -ex controladores de la firma y hoy socios de Wal- Mart con casi el 25% de D&S- junto a su abogado Alberto Eguiguren y a Jorge Gutiérrez -cercano a Felipe Ibáñez-, rechazaron el balance. Wal-Mart había impulsado un cambio contable que, en la práctica, implicaba cargar una pérdida de casi US$ 50 millones a resultados acumulados en el balance de 2008 de D&S; es decir, el período en que los Ibáñez controlaban la compañía, lo que, según estos últimos, no estaba justificado. Pese a que el balance fue finalmente aprobado con el voto de los cinco directores de Wal-Mart en la firma, el episodio agregó un nuevo capítulo a diferencias que ya tuvieron el año pasado los dos socios de D&S a raíz de ajustes contables.
El primer impasse quedó en evidencia en octubre de 2009. Poco después que Wal-Mart pagara US$ 1.900 millones por el 74% de D&S, la firma norteamericana contrató a PricewaterhouseCoopers para revisar los balances de la chilena. Tras ello, se hizo un ajuste extraordinario por $ 124 mil millones (unos US$ 250 millones), asociado a un aumento en castigos y provisiones por la cartera de deudores morosos de Presto y una actualización en el valor de los inventarios. La decisión impactó los resultados de D&S, que cerró 2009 con una pérdida de US$ 90 millones. Sin embargo, en ese minuto la compañía dijo que aún estaba pendiente determinar el período en el cual se originaron esos cargos.
Ajuste de US$ 50 millones
Finalmente, en febrero D&S determinó que del total de cargos de 2009, $ 25 mil millones (poco menos de US$ 50 millones) debían imputarse a las utilidades acumuladas al 2008. El cargo se efectuó por discrepancias que existen en los libros de inventarios de la compañía, que, en términos muy simples, indicarían que ciertos bienes registrados contablemente no existirían o no alcanzarían los valores consignados. El debate sobre la fecha en que se originaron los cargos no es menor: es muy diferente si esos ajustes corresponden al período en que los Ibáñez tenían el control o si sólo es un nuevo criterio aplicado bajo el mando de Wal-Mart. Ejecutivos conocedores del conflicto dicen que como la firma determinó imputar una parte del castigo a los resultados de ejercicios anteriores, en la práctica lo que se estaría haciendo es rebajar el patrimonio de D&S antes de la compra por parte de Wal-Mart, dando pie a una eventual revisión del precio pagado por la norteamericana por la compañía local. Consultado por el tema, Wal-Mart dijo que no haría comentarios.
La discrepancia del auditor
La forma cómo D&S imputó los cargos no sólo fue rechazada por los Ibáñez. KPMG, que auditó los balances 2009 de la compañía, evacuó un informe en febrero, donde sostiene: "no obtuvimos evidencia suficiente que demostrara la razonabilidad de los cargos a resultados efectuados en el período contable actual y a resultados acumulados correspondientes a períodos contables anteriores".
No está claro aun cómo se resolverán las diferencias entre los Ibáñez y Wal-Mart. Por lo pronto, en el mismo directorio del pasado 26 de febrero, el grupo chileno pidió que KPMG preparara un nuevo informe para determinar las causas de las diferencias que arrojan los libros. Sin embargo, el directorio no votó la propuesta, resolución que habría quedado pendiente para la sesión que se realice este mes.
Es posible también que la Superintendencia de Valores y Seguros pida antecedentes a D&S. De hecho, cuando en octubre del año pasado la firma anunció los primeros cargos contables, en enero la SVS le envió un oficio solicitando aclarar las razones de los ajustes. Todo esto fue respondido por D&S cinco días después.
Mientras ejecutivos ligados a ambas partes transmiten la noción de que hay disposición para seguir conversando, no se descarta que las diferencias puedan terminar en un arbitraje donde Wal-Mart podría pedir revisar el precio que pagó por D&S. Más aún, algunas fuentes conocedoras del conflicto dicen que ya ha habido reuniones preparativas en Nueva York, el lugar donde, según el contrato firmado por Wal-Mart y los Ibáñez, deben resolverse las diferencias que surjan entre los socios.








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