El litio representa una oportunidad extraordinaria. Al igual que el cobre, es un mineral que Chile será exportador de clase mundial, lo que a su vez implica una enorme cantidad de nuevos desafíos de este sector, como movilizador de actividades de investigación, desarrollo e innovación.

Aún se desconocen los potenciales usos que puede tener “el oro blanco” en otras áreas más allá de la electromovilidad. La periodista Catalina Allende estuvo a cargo del segundo panel del ciclo “Litio: el nuevo motor natural de Chile”, dedicado a entender el impacto del litio en la salud, los alimentos y la tecnología.

El ciclo, organizado por La Tercera, Pulso y Radio Duna, cuenta de cuatro paneles: uno sobre electromovilidad que puedes revisar pinchando aquí, y otros dos que se realizarán el próximo 24 de mayo, donde la conversación girará en torno al proceso de las comunidades y el mundo emprendedor que se mueve alrededor del mineral.

En esta ocasión, el panel de expertos estuvo conformado por José Miguel Berguño, vicepresidente senior de servicio corporativos de SQM; Hernán Araneda, gerente general de Fundación Chile; y Franco Pedreschi, académico de Ingeniería Química y Bioprocesos de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica.

“Chile está muy atrás en materia de innovación y de I+D”, asegura Hernán Araneda de Fundación Chile, quien es optimista al ver la posibilidad de tomar al litio como un camino para avanzar en producción de ciencia y tecnología nacional a través del sector. “Muchas veces la demanda interna es muy baja, cualquier demanda que sea mucho más sofisticada y de un volumen como el que ofrece este sector, abre una enorme oportunidad para todos aquellos emprendedores y proveedores de industria minera”, comparte.

Araneda cree que, en la medida que existan empresas productoras con desafíos de sostenibilidad asociadas a sus procesos productivos, pueden incentivar una investigación focalizada en su respectiva actividad. “En un país que necesita mucha más actividad e inversión en I+D, cuando hay un sector pujante y con demandas sofisticadas crecientemente, eso es la mejor noticia que podemos tener para nuestras políticas de innovación”.

El investigador Franco Pedreschi, experto en alimentación, desarrolla que, si bien específicamente no es que existan cambios respecto al impacto del litio en la industria, existen otros desafíos frente a una población que crece cada vez más, en un planeta con recursos escasos y finitos. En ese sentido, Pedreschi puntualiza que su impacto será en el desarrollo de cadenas de producción mucho más sustentables. “Necesitamos producir alimentos inocuos y de mejor calidad, porque el consumidor es más exigente, pero al mismo tiempo necesitamos que esas cadenas productivas causen menos daño al medio ambiente”, explica.

“El litio puede ser un gran aporte en la implementación de estas cadenas a través de la electromovilidad u otras expresiones de energía más específicas, como en la industria farmacológica. Son nichos bastantes específicos, pero no por eso poco importantes”, sostiene el experto, agregando que tienen un gran potencial de avance y colaboración entre disciplinas como la medicina, generando mayores alianzas de colaboración y de desarrollo a través de la innovación.

En la misma línea, José Miguel Berguño relató que SQM ha puesto su foco en el desarrollo humano, inspiración que nace en relación a los productos en los que ellos han estado involucrados: el litio, el yodo, el nitrato de potasio, entre otras que, en sus palabras, “son parte de cadenas industriales que mejoran la calidad de vida de las personas”. “El mundo necesita más y mejor alimento, existen menos suelos disponibles, y debemos usar mucho menos agua. Ante eso, hemos creado un fertilizante que contribuye a ganar productividad y sostenibilidad en la agricultura. Es uno de los productos en los que está asociada la tecnología, en la que también estamos enfocados a salud y alimentación”, detalló a lo largo de la conversación.